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Películas de dibujos

Con las películas de dibujos animados se ha conseguido algo más que un regocijante perfeccionamiento de la técnica cinematográfica; ellos significan mucho más que una hábil pirueta de la cámara, mucho más que una simple caricatura llena de graciosa vitalidad.
El cine de los dibujos animados repreenta la maravillosa consecución de un gran anhelo imposible de realizar; anhelo formado por muchos anhelos pequeñitos que viven y han vivido siempre en el fondo de nuestros espíritus, severamente guardados por la rígida censura del sentido común y el buen sentido. El dibujo sonoro da la fórmula de todos esos problemas, de todas estas aspiraciones de nuestro subconsciente. Al producirse el milagro de la proyección, vemos la pantalla, prácticamente alcanzados, todos esos viejos deseos que nuestro cerebro rechazó siempre por anárquicos y atentatorios contra las hasta ahora inmutables leyes de la naturaleza.
Pat Sullivan, y, con él, todo el grupo genial de dibujantes del cinema, descubren un mundo novísimo –maravillosa Jauja del espíritu- de donde previamente, han sido deportadas, por cavernícolas, doña Lógica, doña Ley de Gravitación y todos los tiránicos conceptos de penetrabilidad de los cuerpos, elasticidad limitada, flotabilidad,etc., etc.
No queremos afirmar rigurosamente que dichos fieros dictadores de la vida real falten en absoluto, de este nuevo cosmo maravilloso. Lo que sucede es que pierden su rigidez tiránica, se hacen sobornables, maleables, dúctiles y pasan a ser simples sombras de lo que fueron, benévolos fantasmas de su otra vida tan sumisos y llenos de buena voluntad, que se amoldan servicialmente a las más disparatadas voliciones y exigencias de nuestra imaginación.
¡Cuántas veces hemos visto en tal o cual hazaña del ratón Mickey o del veterano Periquito la realización feliz y perfecto de un deseo que largamente atormentó nuestro espíritu! ¡Cuántas veces, al contemplar la aventura increíble, hemos envidiado en ella el éxito de una antigua aspiración nuestra, a la que resignadamente renunciamos por considerarla imposible!
A medida que avanzan los tiempos y que la ciencia y el progreso nos va atando más y más a las leyes físicas y naturales, el descubrimiento de esta Jauja milagrosa alcanza más alor.
Cada vez es más urgente la necesidad de huir –aunque sólo sea por breves momentos- de lo fatal y de lo inmutable. Y, he aquí, que el dibujante mago da generosametne lo que bien podríamos llamar “vacaciones a nuestro espíritu” a ese pobre espíritu nuestro, sumido en la tiranía de la vida material como un pájaro loco en una jaula inquebrantable.
Recordemos. En una ocasión vimos como caminaba un envidiable muñeco por encima del mar. No se hundía; marchaba muellemente, y sus pazos bizarros remendaban aquellas correrías que hacíamos cuando niños por el amplio somier de nuestros padres.
No podemos negar que, ante este espectáuclo, sentimos nuestro interior inefablemente acariciado. Algo sobre nosotros experimentaba la voluptuosidad de una sabrosa diablura, largo tiempo codiciada.
Luego es innegable que todos, absolutamente todos los espectadores nos sentimos un poco protagonistas y un poco héroes de estas hazañas maravillosas.
Debemos pues al inquietante artista creador de este microcosmos extraordinario la gratitud eterna de nuestros espíritus liberados.

2006 Departamento de Cultura, Juventud y Deporte - Diputación Foral de Gipuzkoa