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DiosEl Pelayo en las fiestas de Navidad
El Pelayo es esencialmente tradicionalista, es decir, amante y defensor de las tradiciones patrias; y esto puede demostrarlo, a maravillas, en las fiestas de Navidad, conservando las tradiciones españolas de tales fiestas, y desterrando esas costumbres que nos han venido del extranjero.
¿Qué es eso del “Arbol de Noel”? ¿No es mucho más hermosa y cristiana la costumbre de los “Nacimientos”? En ellos el niño pone todo su amor de cristiano, su gusto de artista, su entretenimiento de niño. Cambia de postura las figuras de los pastores y Reyes que van y vuelven de Belén; hace reverberar a la estrella que guía los pasos de los Reyes; espolvorea con harina los tejados para que aparezcan nevados; hace correr el agua por un río improvisado o lo imita con papel de plata; y sobre todo hermosea la Cueva de Belén con las figuras simpáticas de María y de José, que miran con ternura al Niño recién nacido, mientras los ángeles cantan el “Gloria a Dios en las alturas”.
Y de esta alegría del buen Pelayo participan sus padres, que ven en el niño un precoz artista, los abuelos, que quedan como embobados, los hermanitos, que miran extasiados, y comentan y gritan, y se enfadan si ven en el Nacimiento la casa de Herodes, el asesino de los Inocentes.
Todo buen Pelayo ha de componer un Nacimiento en su casa, y enseñarlo a otros Pelayos y compañeros, y cantar ante él hermosos villancicos, y pedirle al Niño Jesús derrame sus bendiciones sobre toda la familia. Así se conservará entre nosotros una costumbre tan cristiana, como española.
2006 Departamento de Cultura, Juventud y Deporte - Diputación Foral de Gipuzkoa
