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DESDE IRÚN
La primera salida de un candidato que tenía simpatías
Cómo hacer una posición política. La cuestión espiritual dada de lado. El progreso de Irún.

Muy bien las cuartillas de “J. M.” en el número del miércoles. Supo recoger admirablemente la opinión de un considerable sector de opinión irunesa.
Pepe Múgica, como se le llama familiarmente, gozaba de un extenso sector de simpatías. El abolengo vasquista y de finura espiritual que tan elevado resalte tuvieron en su padre y en su hermano, hicieron que el nombre del letrado municipal donostiarra fuera recibido con simpatía llena de afecto.
La primera salida del candidato monárquico, ha venido a echar un jarro de agua fría sobre todas las inclinaciones favorables.
En el Eretsu, esperábamos todos que Pepe Mújica expusiera un hondo y delicado sentido vasquista. La tradición, las costumbres, las virtudes raciales, todo lo que es íntimo y es espiritual del alma de la raza vasca y que se halla por encima de todas las demás consideraciones.
Y el primer fraude a la buena disposición del auditorio consistió en que Pepe Mújica, prescindiendo de esos temas, se ocupó sólo de la parte materila.
La impresión de oir al candidato monárquico expresándose en términos materialistas, prescindiendo absolutamente de toda otra más elevada consideración, produjo deplorable efecto. Las simpatías de que gozaba Múgica entre sus muchos amigos, estaban enraizadas por el sentido vasquista, eminentemente vasquista que se atribuía a su posición intelectual.
Pero se conoce que el declararse monárquico le hace ver las cosas de modo distinto.
Todavía el fraude hubiera sido menor si en la exposición de su postura hubiera ido acompañado del acierto. Hasta en los errores puede haber atisbos de genialidad.
Sin embargo, y dada de lado con gesto desenfadado la cuestión espiritual, ¿qué nos ha dicho Pepe Múgica? ¿Qué Irún está progresando desde el año 39? Naturalmente: como está progresando el mundo.
Como seguirá progresando desde octubre de 1934. Y a nadie se le ocurrirá establecer el mito de la revolución asturiana para marcar una nueva era de prosperidades que el adelanto constante de los tiempos y los frutos de la investigación y el análisis lleva a los pueblos.
¿Es que Irún, sin la Aduana, hubiera quedado estancado mientras las villas circunvecinas prosperaban? No. Si en Irún no hubiera existido la Aduana, en Irún se hubiera creado una industria fuerte y esplendorosa, como la de Rentería, por ejemplo, que la Aduana impidió crear.
Lo más probable es que Irún haya sido perjudicado; por que si hubiera creado una industria ésta le daría una vida propia y auténtica. Mientras que cimentada su prosperidad en la Aduana, se halla pendiente de un gesto de Calvo Sotelo que pudiera ser Poder y dijera que ya éramos ricos los iruneses y había que llevar la Aduana a Madrid.
Carecemos en Irún de industria propia y llevamos una vida dependiente del Estado.
Por eso, por la dependencia obligada a que nos ha llevado el año 39, a Irún le conviene tener en las Cortes una minoría del país, la minoría vasca que tendrá la fuerza precisa para una defensa de la cual se vería imposibilitado un diputado o dos de fracciones monárquicas encuadrados en una disciplina de tipo centralista.
No, señor Mújica. No se puede, a “posteriori”, atribuir a un hecho determinado lo ocurrido en un país.
Por otra parte, ¿de dónde saca que los fueros han de llevar la Aduana al interior?
Es bien sabido que al hablar de la restauración foral las cabezas bien organizadas han hablado siempre de la condición indispensable de adaptarlos al momento actual. Porque si el espíritu de los fueros es el culto de todos los vascos, son permanentes en cuanto representan libertad autonómica de gobierno. Y no íbamos ahora a salir a la calle con abarcas ni se nos consentiría, aunque quisiéramos, cambiar la frontera aduanera. ¡Qué disparate!
No teníamos en el año 39 sufragio. Pero, ¿es que se imagina don José Múgica que restablecido el bendito sistema foral, iban a ser suprimidas las elecciones por sufragio indivual? ¡Sólo por votos familiares! ¡Otro disparate!
¡Qué lástima, qué lástima! Habíamos visto con simpatía a este candidato. Y sin embargo el fracaso de su primera salida electoral nos trae la consecuencia dolorosa de que no sería el diputado vasco que el país pudo esperar.
Porque si el espíritu de los pueblos se olvida unpoco, el materialismo tiene que fundarse en argumentos. Y los tópicos baratos pueden encender entusiasmo de comités de barraida; pero o pueden ser bagaje cultural adecuado para exponerlo como bandera un candidato a la diputación en Cortes por Guipúzcoa.

UN FUERISTA DEL BIDASOA

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