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El “as” del volante que se “hace” con todos los automóviles ajenos

El armador de vapores de pesca don Manuel Alonso Morán, denunció la noche pasada en la Comisaría de Vigilancia, que mientras estaba en el café Choko con unos amigos, le desapareció el automóvil que se encontraba a la puerta del establecimiento, suponiendo que se trataría de la broma de algún amigo, aunque no dejaba de reconocer que era un abuso de confianza.
El coche, se se pudo comprobar más tarde, fué ocupado por un grupo de aprovechados que se dieron un largo paeo en el coche, hasta que, por falta de gasolina se les detuvo en Pasajes. Esto ocurría a las dos de la madruagada.
En aquel momento pasaba por aquel lugar un transeunte al que los automovilistas de ocasión pidieron que les ayudara a empujar el coche, para ver si conseguían ponerlo en marcha. Dio la casualidad que la persona requerida, don Manuel Pérez López, conocía el automóvil como propiedad de su amigo Alonso, inquiriendo el por qué de encontrarse en aquella carretera en manos extrañas.
Los ocupantes del coche le contestaron de mala forma, diciéndole que a él nada le importaba cómo se habían hecho con el coche, griatndo que “hoy nada es de nadie y que todo es de todos”. Una frase como para esculpirla.
El señor Pérez les hizo algunas consideraciones que no les convencieron y le dieron un fuerte empujón, agrediéndole. Resultó con heridas incisas y erosiones leves de las que tuvo que ser asistido en la Casa de Socorro. Desde este centro acudió a la Comisaría, donde presentó la denuncia de lo ocurrido, haciendo la observación de que había oído a uno de los agresores pronunciar el nombre de Marcaida, dirigiéndose a otro de los ocupantes del coche.
Este dato fué suficiente para que los agentes tuvieran la evidencia de que el autor de la sustracción del coche era el “famoso” José María Marcaida Tapia, fichado como palanquetero y ladrón de automóviles. Este Marcaida, el domingo último montó en un automóvil que vió parado en Miraconcha, propiedad de don Antonio Elósegui, chocando a los pocos momentos en la calle San Martín con otro coche parado frente al Garage Landa, al que causó desperfectos de consideración. Marcaida, fingiéndose estudiante bilbaíno, prometió que los daños los pagaría su papíto y como garantía dejó el coche –que no era suyo-, marchando a pie calle arriba. Al llegar a la calle Easo vió otro coche parado, y lo tomó a su servicio. Era el vehículo del doctor don José Bago. Y como se recordará, un guardia municipal que vió toda la faenilla del “Nuvolari” de ocasión, lo detuvo. Fué conducido a la Comisarái, de aquí al Juzgado y de éste a la calle.
Al verse en libertad, como no puede refrenar sus aficiones al volante, se hizo con este otro coche, motivo de la última denuncia.
El automóvil del señor Alonso apareció en la madrugada de ayer en la calle de José María Soroa. Los guardias municipales de servicio en el barrio vieron el coche ocupado por un joven, coche que dio un encontronazo contra una fachada, resultando con desperfectos en el parachoques posterior izquierdo.
El joven que conducía el coche preguntó a los municipales dónde se encontraba el garage Universal, y una vez que fué informado volvió a montar en el vehículo, hasta que vió desaparecer a los guardias, que continuaban su ........... de ronda. Cuando los guardias desparecieron, abandonó el coche, sin que se le volviera a ver el pelo.
Y con ayuda del automóvil de la Inspección municipal, el coche, que estaba sin gasolina fué remolcado hasta la Inspección, donde se hizo cargo del mismo el propietario.
Ahora se busca otra vez al Marcaida para que vuelva a comparecer en el Juzgado, donde responderá de esta reincidencia.

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