IMPRESIONES RAPIDAS
OTRA VEZ LA CARLISTADA EN LAS FRONTERAS DE GUIPUZCOA
Examinando, desde cerca, las posiciones requetés. Pío Baroja, dos veces detenido.
Extranjeros, a la lucha por la libertad
LA CARLISTADA
Vuelve el Norte de España a ser amenazado por la invasión carlistona. Al igual que la pasada guerra carlista en al que tanto se distinguió por su temperamento sanguinario, el tristemente célebre cura Santa Cruz, comenzamos a revivir los días de inquietud y zozobra que nuestros liberales antepasados soportaron con gran heroísmo en aras del ideal que deben sentir las almas nobles.
La carlistada está frente a nosotros. Forma parte del "cock-tall" fascio-carlo-alfonsino y siguiendo la táctica heredada de sus hermanos de antaño, lucha contra nosotros empleando los obscuros procedimientos de aquella fanática gente. Nada nuevo se observa en su plan de combate. Ahora, como entonces, son los "santificados" curas los que capitanean las guerrillas.
Estos colegas de Santa Cruz parecen tener el propósito de superar las "gestas" de aquel sacerdote, que olvidando su sagrada misión, cual es el sembrar con el ejemplo el amor entre los hombres de la Tierra, experimentaba un placer con sus horripilantes actos que traspasaba los límites de la perversión.
Excitados por los mismos estimulantes, no han titubeado en ponerse al frente de esos hombres que antes tuvieron la habilidad de atraerlos con esa "dialéctica" tan peculiar en ellos. Y han conseguido que, efectivamente, sus tropas se lancen a la batalla bajo el lema "Dios, patria, rey".
Por las montañas de Guipúzcoa volvemos a verlos pulular con ansias de dejar ahítos sus desordenados apetitos; pero merced a las fuerzas antifascistas, han de quedar reducidos al intento sus propósitos.
IRUN, EN PIE DE GUERRA
Desde que se tuvo noticia de los primeros chispazos que de este criminal atentado surgieron en España, los iruneses, en lo que están tan arraigados los sentimientos liberales, no vacilaron un momento en defender con sus vidas la causa de la libertad. Con la misma fibra de sus abuelos, con inapreciable entereza, dándose cuenta de la situación geográfica que ocupa Irún, se lanzaron apresuradamente a ocupar los muchos puestos que por su estrategia significan un peligro para Guipúzcoa en manos del enemigo. Con verdadero entusiasmo han acudido nutridos grupos a formar parte de las milicias antifascistas.
Al primer llamamiento que hizo el Gobierno del Frente Popular, se han presentado con una decisión pocas veces conocida. A pesar de que en los primeros momentos se carecía de armamento adecuado para combatir al enemigo, lejos de sentirse deprimidos moralmente, el deseo de batir al enemigo borraba de sus mentes el inminente peligro que corrían ante la inferioridad de elementos de combate que contaban con respecto a los rebeldes.
ENDARLAZA
Este pueblo de tan triste recuerdo para los liberales por el vil asesinato de unos valientes carabineros por el cura Santa Cruz, vuelve a ser testigo de las correrías de los "requetés". Las primeras medidas que adoptaron nuestras fuerzas ante la presencia de los carlistas en esa zona fue la de volar el puente de Endarlaza para evitar el posible paso de insurrectos. Despejado este peligro, el tan bravo como leal teniente de Carabineros señor Ortega, a cuyo mando estaban las fuerzas de aquel sector, dirigió hábilmente el desplazamiento de nuestras columnas a lo largo de toda la cadena de montañas que amurallan la parte escogida por el enemigo para internarse en Guipúzcoa.
Ante la infranqueable barrer que ofrecían nuestras fuerzas, los carlistas se vieron obligados a desviar su itinerario. La historia se repite. Oyarzun ha sido invadido por estimarlo un campo muy propicio para el desarrollo de sus operaciones. Es posible suponer, también, que hayan escogido este camino ante las demandas de socorro de los ya dominados rebeldes de Loyola, que impulsados por la angustiosa situación en que se encontraban trazaron sobre el patio de los cuarteles el "Urgen refuerzos por Oyarzun" que los lectores habrán podido apreciar en nuestros documentos gráficos publicados ayer.
Afortunadamente el número de bajas sufridas en las fronteras navarro-guipuzcoanas ha sido insignificante. No podemos precisarlas; pero, desde luego, tenemos idea de que las más sensibles fueron las causadas por un avión fascista, que, valiéndose, como siempre, de la traición, evolucionó a escasa altura, simulando ser leal con diferentes distintivos. Lanzó varias bombas, pero su puntería no estuvo muy acertada, pues cayeron casi todas al río Bidasoa. Una de ellas nos causó la pérdida de un carabinero e hirió a otros dos.
En una ataque a nuestras arrojadas milicias al barrio de Alcibar (Oyarzun), los "requetés" tuvieron que abandonar precipitadamente esta posición, abandonando en su huída armas, una bandera del antiguo régimen y varios símbolos religiosos de los que tan amantes son.
OTRA NOBLE "HAZAÑA"
Ya hemos resaltado al comienzo de este relato los bajos sentimientos que guardan para su prójimo los chacales carlistas, siendo ya innumerable la lista de los actos feroces que vienen cometiendo. Hace unos días, un conocido "requeté" de Vera de Bidasoa, muy popular en Irún, obligó a nuestras fuerzas al cese del tiroteo, poniéndoles ante ellas a un buen número de mujeres y criaturas, familiares de carabineros, que hubieron de quedar en Navarra sin poder seguir a sus esposos y padres. Conminóles que se rindieran bajo la amenaza de exponer a sus familiares a caer bajo el fuego de los suyos. Ante tan horrible amenaza, los nuestros tuvieron la entereza de sobreponer el dolor a la causa de la libertad. Las mujeres y los niños fueron retirados y suponemos que los carlistas no habrán desencadenado sobre estos inocentes sus fieros instintos.
Pío Baroja, que vivía en su casa de "Itzea", en Vera, fue detenido dos veces por los "requetés". Su espíritu democrático, tantas veces expuesto en sus libros, fue la causa de la indicada determinación. No se atentó contra él. Se le obligó a abandonar la región navarra y don Pío vive hoy en Behovia (Francia).
Comentando la criminal actitud del "requeté" que puso a las mujeres y los niños ante el fuego de los suyos, y al referirse un liberal al insurrecto señalándolo como un cabecilla, don Pío tuvo una frase que retrata muy acertadamente al sujeto en cuestión. "No es un cabecilla -dijo-, es un cabezota".
CAMINO DEL FRENTE
El repórter ha sentido curiosidad de ser testigo ocular de la marcha de las operaciones de nuestras fuerzas. Visitada la parte tranquila, se ha dirigido a las avanzadas. En Arlaitz y Pagoaña es donde puede lograr sus propósitos y, al efecto, ha iniciado el ascenso de estos montes. A medida que ha ido escalando, ha podido observar el estado semi-virgen de la carretera. Fuertes peñascos dificultan el tránsito no sólo de los automóviles, sino tambien de los mismos peatones. Y el reporter ha sido sorprendido del corage y entusiasmo que poseen nuestras fuerzas , pues por tan abrupto terreno han hecho rodar los defensores de la República cañones que ordinariamente son arrastrados por tractores.
Los elementos físicos de la naturaleza han hecho más imponente este lugar. Los montes, envueltos por la niebla, la incesante lluvia, las nubes besando la tierra, le han dado aspecto de verdadero infierno. El profundo silencio que reina aquí de cuando en cuando es roto por el estruendo de los cañones.
Visitamos en primer lugar Arlaitz, donde un nutrido grupo de milicianos y carabineros están en constante vigilancia. El optimismo y la moral es permanente en ellos. Han visto a lo lejos desfilar una caravana de "requetés". No han sido amilanados. "Que den la cara y vengan a luchar" han dicho. Y uniendo la acción a la palabra les han escupido unos cuantos cañonazos, que ha servido para dejar despejado el camino.
Más adelante se encuentra otro puesto: Pagoaña. Para llegar a este lugar es necesario franquera unos senderos, que en su recorrido nos han hecho sentir gran intranquilidad ante el temor de desviarnos de nuestra ruta por ser para nosotros estos parajes desconocidos. Ya próximos al parapeto que nos dirigíamos hemos divisado una silueta que velada por la niebla nos impedía conocer a qué bando pertenecía. Era de los nuestros; pero ante la actitud hostil del vigilante tuvimos que acreditar repetidas veces nuestra personalidad y la misión que allá nos llevaba. Aquí la guarnición es más numerosa, siendo tambien el puesto más arriesgado. Es lo que pudiéramos llamar la primera línea de fuego. Los hombres, al igual que en la anterior posición, resisten la inclemencia del tiempo y los ataques del enemigo con igual entusiasmo y buen humor.
Esta guarnición se halla bien fortificada por contar desde hace unos días con dos cañones y una ametralladora, además de muchos fusiles y abundante munición. Lo que sumado al valor de estas gentes hace imposible su toma al enemigo.
DEMOCRATAS EXTRANJEROS
Desde hace unos días se hallan en el frente buen número de extranjeros que impulsados por su espíritu liberal, han engrosado nuestras filas. Como nota simpática tenemos que señalar también la decisión de unos jóvenes españoles que cursan la carrera diplomática en Londres y que no han titubeado en correr al lado de sus hermanos en este momento tan decisivo para el proletariado español.
Por lo demás, la tranquilidad es completa en esta zona fronteriza. Los nuestros se limitan a vigilar en espera del momento en que decididamente se de la orden de atacar a los rebeldes y exterminarlos para siempre. Que entonces será cuando suene la hora de la tranquilidad para los hombres útiles de la Patria.