COCKATAIL DONOSTIARRA
Desde hace muchos años no se ha conocido una afluencia tan grande de forasteros en San Sebastián como durante las pasadas fiestas de Pentecostés. Como es natural, dada la proximidad de su país, los extranjeros que han venido en mayor cantidad son los franceses; y el turista esta vez ha sido, además, de calidad. Queremos decir con esto que las familias que llegaron a pasar estos días festivos entre nosotros, la mayoría de ellas viajaba en automóvil con sus buenos billetes destinados a gastarse en la ciudad. Los forasteros invadieron completamente los restoranes de la ciudad y se pudo observar que desde las primeras horas de la mañana recorrían las calles de la población.
Conocemos al detalle el itinerario que desarrollan nuestros vecinos los franceses en sus escapadas a San Sebastián y que casi siempre es el mismo. La llegada suele ser a eso de las nueve de la mañana; y después de atravesar la población, llegan a Ondarreta, donde, previos unos minutos de contemplación, al mar, se realiza la consabida fotografía del grupo de familia que servirá de recuerdo de la expedición y de propaganda para nosotros cuando, allá, en Francia, los interesados la muestren a sus amigos. Después, la visita obligada es a las tiendas de calzado, medias e impermeables. Todavía existe algún iluso que pregunta si hay mantones de manila baratos, panderetas y castañuelas, creyendo que con esto se lleva algo típico del país. El almuerzo a las doce, hora sagrada para el francés, ha sido precedido del obligado aperitivo en cualquier café. Los extranjeros saborean los clásicos platos de la cocina vasca que rocían con sidra y vino de Rioja. Y por la tarde, excursiones a los pueblos vecinos de la provincia para regresar de noche a sus casa y algunos quedarse hasta el día siguiente.
No hace mucho que nos decía una persona que apenas conocemos: “Lo que usted hace no tiene ningún mérito, porque muchas veces, sobre todo las cosas de San Sebastián viejo, las copia de los libros.” Naturalmente, yo no he inventado la historia del país y lo que me propongo, al evocar hechos interesantes del pasado, es fomentar el amor a este pueblo cuya historia gloriosa debe enorgullecernos a todos. Ahora, más que nunca, resulta poco interesante el presente y muy turbio el porvenir: por ello debemos recordar con agrado lo que fué y que, por desgracia no habrá de volver. Más de una vez hemos pensado que sería práctico redactar un sencillo folleto con la historia reasumida de San Sebastián en castellano y en vascuence para los niños de las escuelas municipales y esperamos que no ha de transcurrir mucho tiempo sin que abordemos con entusiasmo esta idea. Es mucho más lógico que los escolares sepan cómo era la ciudad hace dos siglos, que no la mecánica enunciación de los ríos de Asia, pongo por ejemplo.
Los hechos nos obligan a citar siempre a Francia como patria modelo de turismo. Ahora se acaba de crear estancias a precio fijo en los principales balnearios de Vichy, Vitel y Aix-les-Bains. Mediante una suma determinada, el bañista permanece cierto tiempo en el ................enfermedad, con derecho a todos los servicios del hotel, aguas minerales, duchas, baños, etc., y así el viajero permanece tranquilo porque sabe de antemano lo que habrá de gastar, sin pasar por la zozobra de una inesperada cuenta final. No sería muy difícil hacer lo mismo en España; pero es el cuento de siempre; hace falta uno que se lance, para que luego le copien los demás.
No sólo es esta iniciativa la que emprenden al otro lado del Pirineo para fomentar y facilitar el turismo. La última es el crucero deportivo. En veleros de veinte a veinticinco metros, se embarcan un pequeño número de turistas, a lo más doce y tres hombres de tripulación. Estos veleros robustos aguantan toda clase de temporales y están dotados de un motor auxiliar para calma chicha o las entradas en puertos difíciles. Se visitan diversos pequeños puertos, desarrollándose antes los ojos del viajero panoramas maravilosos. Tiene por último la ventaja de que la navegación no es cara, pues además de vivir y comer confortablemente, el costo diario no llega a veinticinco pesetas. Es mucho más agradable que una temporada en el campo o en la playa. Este nuevo turismo es ya corriente en Inglaterra y en los países del norte; ahora debuta en Francia.
Pocos países hay que tengan costas más pintorescas que España. Un crucero en estas condiciones, saliendo de Pasajes y recorriendo los simpáticos puertos vascos, castellanos, asturianos y gallegos sería algo delicioso. Pero todo son fantasías; estamos muchos siglos retrasados del resto de Europa. Aquí los turistas meriendan en un café copiosamente a las siete, para cenar, también con apetito a las diez y meterse en la cama a media noche, lo que permite dormir al día siguiente hasta bien avanzada la mañana. Y con estas costumbres ¿cómo va a hacer usted camping ni cruceros de alta mar?
El siguiente diálogo es completamente auténtico, según nos afirma persona de confianza; y la escena tiene lugar entre un pescador y un afilador, ambos gallegos.
Decía el uno al otro: “E logo. E tu nun estás en golga? Nou... –Eu nun son da construcción.Eu soutxe da reconstrucción.”
GIL BARÉ.