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Gipuzkoa 1936

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EGUNAREN ALBISTEA


NOTA IMPORTANTE

Astelehena, 1936ko irailaren 7a

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LA BARBARIE DE LOS REBELDES
Los que consiguen escapar del campo faccioso, y, muchos prisioneros, hacen relatos espeluznantes

El tristemente célebre Doval fué arrestado por la derrota que sufrió en Navalperal. Prisioneros de Peguerinos dicen que los oficiales buscan la huída. En Belchite obligaban a los hombres de izquierda a construir trincheras y parapetos y después los mataban. Nuevos desmanes en el frente de Córdoba. Fusilamientos de soldados y paisanos en la Rioja. La militarada fascista comete en Ribadeo las mayores crueldades con ancianos, mujeres y niños, imponiendo un régimen de terror en los pueblos donde penetran. Familiares fusilados y nuevos crímenes que claman venganza


Lo que cuentan unos marinos que han escapado de la garra facciosa

El día 4 llegaron a Gijón cuatro marineros pertenecientes a las parejas del armadro don José Bengoechea, que se hallaban en Ribadeo cuando penetró en aquel pueblo costero la columna de los faccioso que procedía de Coruña. Nos relataron la triste odisea que pasaron para poder arribar a nuestro puerto. En su interesante relato, hay acentos de viva indignación por las crueldades y los bárbaros procedimientos empleados por los fascistas contra todos cuantos se niegan a sumarse a su sfilas.

Mariano Alvarez, Rodolfo Sierra, Octavio Quintín y Saturnino Rodríguez. Esos son los cuatro bravos marineros que pudieron escapar del poder de los facciosos. Para ello, después de apoderarse de un bote en Ribadeo, fingiendo que salían a realizar faenas de pesca, lograron arribar al puerto de Avilés, pasando dos noches de dura prueba, remando sin cesar y sorteando los peligros que les acechaban, el mayor de ellos el que representaba la presencia en estas costas de los bous al servicio de los traidores. Su tenacidad y su pericia les permitió llegar a puerto de salvación. A las tres de la madrugada arribaban a Avilés. Y solícitamente atendidos pudieorn seguir viaje a Gijón, donde sus familias les esperaban con la ansiedad que es de suponer.


EL COMBATE DE RIBADEO
Uno de ellos, Mariano Alvarez, hace de esta manera el relato de los días angustiosos que pasaron.

-El día 28 de julio nos hallábamos en Ribadeo las dos parejas de buques de Pepe Bengoechea. En total 44 hombres. Comentábamos la marcha del movimiento producido días antes, cuando hizo su entrada la columna que procedía de Coruña. La formaban unos seiscientos hombres. Guardias civiles, fascistas, paisanos... Bien pertrechados, fué recibida a la entrada del pueblo por la escasa fuerza de Carabineros que allí se había concentrado al mando de un teniente, unos treinta números en total y las milicias populares. Unos y otros, estaban poseídos del mayor entusiasmo. Lástima que no andaban tan sobrados de armas pues a excepción de los carabineros, los demás peleaban, con escopetas de caza algunos con pistolas, otros, y, todos, con su bravura a pecho descubierto. La lucha era desigual. Pero así y todo, derrochando valor y heroísmo, iban abriendo brecha en las filas enemigas. Pero como carecíamos de elementos de defensa, de los que ellos andaban bien sobrados el final estaba previsto. Terminó el combate cuando ya no había modo de continuar la resistencia. Tuvimos once muertos y buen número de heridos. Los rebeldes sufrieron muchas más bajas. Y cuando cesó la batalla, los que cayeron en poder de aquellas hordas fueron asesinados a mansalva. El alcalde y varios concejales que habían luchado bravamente, lograron salir del pueblo cuando toda resistencia resultaba estéril. El heróico teniente de Carabineros y con él los que tan tenazmente se batieron contra los fascistas y traidores, fueron fusilados.


MUERTE DEL EX COMANDANTE CEANO
El mimso día empezó el régimen de terro que los facciosos imponen por los pueblos donde lograron dominar. Lo primero que hicieorn fué derribar la placa que daba el nombre de Pablo Iglesias a la del Ayuntamiento, sustituyéndola con otra rotulada con el del Comandante Ceano, jefe de la columna.

-¿No murió ese jefe traidor?

-Sí, primeramente resultó herido durante la toma de Navia. Más tarde, en la ocupación de Luarca recibió un tiro en el vientre. Le condujeron a Ribadeo. Hospedado en el piso del Bar Mediante, falleció a los tres días. Su cadáver lo condujeron a La Coruña. Pagó su traición y las crueldades cometidas en los pueblos por donde cruzó. Y como él, también perecieron algunos otros jefes y muchos de los que formaban la columna que llegó a Luarca más que diezmada. Como le digo, desde el momento de apoderarse de Ribadeo comenzó aquí el régimen del terror. Se detuvo a todos los obreros y a cuantos tuvieran la más mínima significación de izquierdismo. Sin formación de causa, se ordenaron numerosos fusilamientos, sin respetar ancianos, ni aún a los niños ni a las mujeres. Se obligaba a los detenidos, que formaban la mayoría del pueblo, a que ingirieraan grandes cantidades de aceite ricino. Y a los que se resistían se les hacía objeto de las mayores crueldades. Entre las víctimas figuran algunas criaturas de ocho a nueve años. A los campesinos, se les obligaba a entrgar todo el ganado, así como los productos del campo que tuvieran recolectado. Se apoderaban de cuantos anillos, cadenas o cualquier otro objeto de oro que encontraran en las viviendas en las cuales entraron a saco. Fueron rquisadas todas las radios. Y a los que hicieran uso de ellas se les imponían crecidas multas. A la madre de un médico muy popular y concejal de aquél Ayuntamiento que había logrado escapar, le impusieron cincuenta mil pesetas de multa. Otra de dos mil a un barbero llamado Marcial, y al dueño de un establecimiento y estanco, que le clausuraron el local a pretexto de que era el Bar Rojo, y, además, encarcelaron al tabernero. En los registros practicados en los domicilios de tres socialistas, como no encontraon a éstos, prendieron fuego a los edificios, siendo pasto de las llamas todos los muebles y ajuares y el trigo que tenían almacenado. En otra vivienda asesinaron a una joven de quince años a quien asestaron tres tiros, dos en la espalda y uno en la abeza, por el enorme delito de no descubrir dónde estaban sus padres. Los facciosos paseaban por el pueblo cometiendo toda clase de desmanes. Durante una de las fantásticas victorias que el traidor Queipo de Llano proclamaba por la Radio, uno de los oyentes, en un momento de indignación, dijo que aquella era una de tantas mentiras. Inmediatamente fué fusilado por un guardia civil allí presente.


HAMBRE Y DESOLACION
-¿Cómo se alimenta a la población?
–El que carezca de dinero tendrá que morirse de hambre. Allí no comen más que los fascistas. Las gentes humildes y todos cuantos no finjan estar al lado de ellos, pasan las mayores privaciones. En Ribadeo, todo es desolación y miseria desde que entraron los traidores en el pueblo. Protestar de este trato es tanto como firmar la pena de muerte. Así, que todos esperan llegue el ansiado intneto de que las fuerzas milicianas liberen a Ribadeo de la presencia de los facciosos. Frecuentemente se dirigían arengas por los jefes, diciéndoles que Asturias sería para los gallegos, pues se acabaría con todos los asturianos que se levantaron contra el movimiento.


CARAVANAS DE HERIDOS Y ENFERMOS
-¿Permanecieron muchos días en Rivadeo las fuerzas rebeldes?
-No. A los cinco días, después de izar la bandera monárquica en el balcón del Ayuntamiento y de cometer las crueldades de que les hice mención, la columna continuó a Castropol, desde donde continuaron a Vegadeo y demás pueblos del trayecto. La resistencia que encontraron a su paso debió haber sido tan heróica como en Ribadeo, a juzgar por las caravanas de heridos y enfermos que vimos pasar. Algunos de los evacuados se quejaban de la mala alimentación que se les proporcionaba y de la vida penosa que venían pasando. Parece este malestar se va acentuando entre los soldados, hasta el extremo de que se suceden las deserciones entre ellos.


PREPARANDO LA HUIDA
-¿Cómo pudieron permanecer ustedes en Ribadeo, sin ser detenidos?
-Gracias a nuestro armador, Pepe Bengoechea, que se encuentra allí con su familia, que nos garantizó a todos y nos atendió solícitamente, proporcionándonos alimentos.
-¿Y la preparación de la fuga?
-La hicimos con todo el sigilo consiguiente. Primero, mi compañero Octavio y yo –sigue diciendo Mariano- solicitamos del comandante accidetnal de Marina, pues el anterior fué conducido detenido a Lugo, nos autorizara para rasladarnos a Luarca, donde teníamos familia. Fuimos a pie hasta Navia. Desde aquí, aprovechando la camioneta de unos amigos, pudimos llegar hsata Luarca, donde nos detuvieron los fascistas, diciéndonos que éramos marxistas. Trataron de fusilarnos, llegando incluso a hacer el simulacro. Uno de ellos se mostró más compasivo y conseguimos que nos dejaran regresar a Ribadeo. Hace de esto unos veinte días. Entonces, estaba la columna facciosa a unos siete kilómetros de Luarca. Observamos que muchos de los que antes figuraban en aqeullas filas, se pasaban a las leales.


LA FUGA
-Finalmente, después de madurado el plan, a las doce y media de la noche del primero del actual, embarcamos en un bote del que nos habíamos apoderado. Sigilosamente salimos del puerto. Durante toda la noche remamos sin cesar, costeando. Amanecimos al día siguiente a la altura de Luarca. A duras penas logramos ganar el Cabo Busto. Allí permanecimos durante todo el día, refugiados al amparo de las rocas. Vimos pasar, en dirección Oeste, al “Almirante Cervera”, y, en pos de él, siete bous en tres expediciones, dos en parejas y una de tres buques. Aprovechamos la circunstancia de la maarcha de estos buques enemigos, y la noche siguiente continuamos la navegación. Pretendimos entrar en San Esteban de Pravía. No lo conseguimos, por estar cerrado el puerto. Seguimos a Avilés. También estaba el puerto cerrado. Decidimos abordar la barra, atentos a cualquier voz que escucháramos de las guardias que alli tuvieran establecidas nuestros camaradas. En efecto, a las tres de la madrugada nos dieorn la voz de ¡alto! los que se hallaban de servicio en la entrada del puerto. Nos dimos a conocer y nos permitieron el paso. Poco después éramos solícitamente atendidos por los camaradas avilesinos. Y hoy, seguimos a Gijón. Podemos añadir, que el viaje desde Ribadeo hasta Avilés lo hicimos sin más alimentación que el pan y el agua que teníamos en el bote. En Ribadeo habíamos dejado incluso nuestras ropas y documentación.

-¿No consiguió ningún otro de sus compañeros escapar de Ribadeo?
-Sólo otros dos que ya están en Gijón hace días. Los demás se encontraban bien el día de nuestra salida. Lo propio podemos decir para tranquilidad de sus familias, de dos obreros de la Campsa, Celesto y Manolo, así como de un comisionista apellidado Morán. Finalmente y como detalle complementario, agreguen ustedes que mientras en el Ayuntamiento de Ribadeo ondea la bandera monárquica, en la Ayudantía de Marina, sigue colocada la tricolor. Todos los autos de la columna fascista llevaban también la enseña de la monarquía y en el parabrisas el retraro del ex general Franco.

También he de consignar por último que uno de mis compañeros, Saturnino Rodríguez, resultó herido aunque de poca importnacia, durante el combate habido en Ribadeo. Recibió un tiro en la parte derecha del vietnre. Pero como ustedes verán, está quí entre nosotros, sin novedad. Y es que la bala apenas penetró.


EL TRISTEMENTE CELEBRE DOVAL.....
Hasta sus compinches lo meten en la cárcel

Madrid. – Entre los prisioneros de Peguerinos los hay que han hecho relatos interesantes. He aquí la síntesis de algunos:

Moisés López Martín, albañil, de la quinta del 34. Fué incorporado el 26 de agosto a El Espinar. El 29 salieron para tomar Peguerinos. La vanguardia la formaban Regulares y Falange. A las once y cuarto entraron en dicho pueblo. Vieron que unos de Falange cogieron a ocho individuos para fusilarlos. A las doce comenzó a bombardear la Aviación del Gobierno. Les hizo muchas bajas.

Agustín Gamero Bejarano, alférez de la Academia de Artillería de Segovia. Prestaba servicio en un batallón que mandaba el teniente coronel San Martín Losada. Desde el 19 de julio hasta el 24 de agosto estuvo arrestado en la Academia de Segovia por sus ideas liberales y tener amigos en el Frente Popular. En la Academia estaba establecido el cuartel genera lde operaciones del Alto del León y San Rafael. El jefe era el general Saliquet. De Estado Mayor, el teniente coronel Peña y un comandante diplomado llamado Gómez Palacios. El día 14 de agosto salió voluntario en un batallón de Zapadores para ponerse en contacto con las tropas leales y pasarse. Así llegó el 28 a El Espinar. Al entrar en Peguerinos, a las once de la mañana, el coronel Martínez Zaldívar, que mandaba la columna, dió orden de cortar el puente. Las fuerzas las componían: un tabor de Regulares de Larache, un batallón de Infantería de Zamora, una sección de la Guardia civil de El Espinar, cien falangistas de Salamanca, una compañía de Zapadores y otra de Sanidad. Fueron racionados en El Espinar para dos días, en frío. Al ataque de las fuerzas leales vió a los Regulares replegarse. El batallón de Zamora no se sabe dónde fué, y cuando la compañía de Zapadores fué a una loma donde creía estaba el batallón, se encontró con tropas leales. El capitán de Zapadores Hermenegildo Herrero se suicidó.

Refiriéndose a Segovia, dice que la vigilancia la hacen los falangistas y los voluntarios. Los trenes funcionan de noche, y de Valladolid a El Espinar. En Valladolid la gente no sale de noche. El orden público lo prestan falangistas y requetés. Han movilizado tres quintas: las del 33, 34 y 35.

Añadió que se presentó en Segovia al gobernador civil co nel capitán de Artillería Rodríguez Guerrero el día 15 de julio a pedirle armas para el pueblo, y el gobernador le dijo que no era preciso, pues tenía confianza en el regimiento.

El cabo Sebastián Egido dice que en Valladolid se han organizado los facciosos secciones de “balillas”. En El Espinar hay 200 fascistas al mando de un capitán llamado Maroto.

El sargento de complemento del Grupo mixto de aZpadores de Pamplona José Elvira García dice que en Segovia, en el bombardeo del día 10, causó la Aviación leal ocho o diez muertos.

La tropa se quejaba de la mucha fatiga. El rancho siempre es frío.

El guardia civil Juan García García, de la Comandancia de Avila (primera compañía), dice que salió hacia Peguerinos al mando del teniente Emiliano Soto Montero, a quien se le seguía expediente por cobardía, ya que abandonó a 25 o 30 guardias en Lanzahita-Arenas frente al tiroteo enemigo.

Llegaron a Peguerinos 40 guardias. Los sacó al parapeto a tirar el teniente Soto y el comandante Reina. Estos pronto huyeron, dejando a la tropa sola. El declarante prefirio entregarse a las milicias el día 30.

Vió cuatro piezas del 10,5 en el barrio del Atozano, enfilando El Boquerón y Dehesa del Portillo.

El mes pasado no le han pagado. En la columna se decía que “iban a remolque” porque no se atrevían a protestar.

El guardia primero Juan Mellado Matías, de la Comandancia de Avila, dice que la columna que fué a Peguerinos y la deshizo el contrataque de los leales estaba formada por un tabor de Regulares de Larache, regimiento de la Victoria (Salamanca), batallón gallego, una compañía de Ingenieros, dos centurias falangistas, una de Salamanca y otra de Valladolid, y cuarenta guardias civiles. El tabor lo mandaba el capitán Valcárcel, porqu eel comandante quedó enfermo en Salamanca. El batallón de Zamora lo mandaba el comandante Reina, quien abandonó a las tropas, y toda la columna, el coronel Martínez Zaldívar y el capitán de Estado Mayor Urutia. El general Saliquet los presentó a la columna en El Espinar.

En Peguerinos vieron que el pueblo estaba saqueado por los Regulares y falangistas.

El guardia segundo Hoyo Casero dice que el comandante Doval había sido arrestado por el desastre de Navalperal. Lo había oído decir en el Estado Mayor. El coronel Valverde Quintana, que sufrió el primer desastre de Peguerinos, fué enviado a Zamora. En el citado combate tuvieron unas 400 bajs, según le oyó decir al comandante Reina. Los alumnos de la Academia de Segoiva fueron promovidos a alféreces. Los soldados cobra un real. La sucursal del Banco de España, mediante unos avales de los señores San Román y otros cinco, facilitó 175.000 pesetas para contribuir a la compra de aviones.

La columna destrozada pensaba establecer enlace con otra que, formada por un escuadrón de Caballería, batallón de Arapiles, falangistas y otras fuerzas, pensaba tomar Peguerinos, Navalperal, Las Navas y avanzar hasta El Escorial.


Notas tristes

En defensa de la República ha muerto heroicamente en el frente de Usúrbil el joven miliciano Marcos Olasagasti Arocena, otra de las víctimas del fascismo, cuya soberbia y afanes dictatoriales están ensangrentando el solar guipuzcoano.

Valiente, animoso, entusiasta defensor de la causa de las libertades, Marcos Olasagassti era muy querido de sus camaradas, entre los cuales ha causado su muerte profundo sentimiento.

Al dar cuenta a nuestros lectores de tan sensible pérdida, les encarecemos un piadoso recuerdo para el finado y enviamos a sus familiares nuestro más sentido pésame.


AGRADECIMIENTOS
Los familiars de Mercedes Martín de Albéniz, enfermera fallecida en el cumplimiento de su humanitaria misión en el frente de batalla, en la imposibilidad de hacerlo personalmente, nos encargan hagamos presente su agradecimiento hacia cuantas personas les han testimoniado su pésame y que muy cordialmente se han asociado a su dolor por tan irreparable desgracia.


EL MILICIANO
MARCOS OLASAGASTI AROCENA

FALLECIO EN USURBIL, EN DEFENSA DE LA REPUBLICA, A LOS 16 AÑOS DE EDAD

Sus padres, Eugenio y Cándida; hermanos, María Jesús y Teresa; abuela, Ignacia Olascoaga; tíos, primos y demás parientes,

AL PARTICIPAR a sus amigos y compañeros tan sensible pérdida, les ruegan un recuerdo piadoso para el finado

San Sebastián, 7 de Spbre. De 1936.

Domicilio. PUYUELO, 38.


Nuevos e interesantes detalles de la situación en Córdoba

Cerro Muriano. – Diariamente llegan a esta localidad obreros fugitivos de Córdoba, que huyen del régimen de terror impuesto en la ciudad por los facciosos que dirige ciriaco Casenjo. Todos ellos, hasta llegar al pueblo, han pasado calamidades sin cuento. En cuanto a la actual situación de Córdoba, sus manifestaciones son las siguientes:

La situación de la capital es desoladora. El comercio abre sus puertas desde las nueve de la mañana a la una de la tarde. La escasez de gasolina ha obligado a los dirigentes del movimiento faccioso a requisar las existencias de las droguerías.

Un capitán de Asalto que se negó a resignar el manod fué fusilado en la plaza de toros. Para que los presos no oyeran la descarga, los rebeldes cerraban repetida y violentamnete las puertas. Igual suerte corrió el secretario de la Federación Nacional del Trabajo, Manuel Caballero.

La luz y el agua escasean cada vez más. En la fábrica La Electromecánica, convertida por los facciosos en fábrica de guerra, sólo trabaja una nave, precisamente por la falta de energía. En dicha nave se construyen cartuchos que luego se envían a Sevilla para su perfeccionamiento. Como quiera que desde Sevilla vuelven los cartuchos a Córdoba, ello origina un considerable retraso en la fabricación de municiones.

Los últimos fusilamientos efectuados se han hecho a orillas del Guadalquivir. Las víctimas son arrojadas al río, ante el temor de que a la vista de la sangre vertida reacciones la población civil. Asímismo están prohibidos los lutos. Las mujeres que lo guardan o lloran la pérdida de sus familiares, son fusiladas. Los escasos obreros que quedan en la ciudad son forzados a trabajar y conducidos en camiones para la construcción de trincheras.

Existe prohibición absoluta, bajo pena de muerte, de leer los periódicos que arrojan los aviones leales.

Sin embargo, los bandos de las autoridades facciosas, redactados en trágicos términos, no surten el efecto apetecido.

Han sido fusilados los revisores de ferrocarriles Casado, Ruiz y Córdoba, así como algunos funcionarios de Correos y Telégrafos que permanecieron leales a la República.

Queipo de Llano dijo ante la radio que, acabada la criba gorda, había que comenzar la criba fina para terminar con los marxistas. Añadió que no quería prisioneros, sino cadáveres, y anunció la inmediata toma de importantes capitales, en la que, a excepción de los fascistas, nadie cree.

Antes de estallar el movimiento, el Guerra, temiendo la aplicación ens su fincas de la reforma agraria, pretendió que los obreros le tomaran las tierras que tenía arrendadas. Aquéllos presentaron una denuncia en la Casa del Pueblo; pero en el mimso día estalló la rebelión, y fué fusilado Francisco Rodríguez Trujillo, secretario de la Federación de Trabajadores de la Tierra.

Las casas de vecindad abren sus portales a las cinco de la mañana y los cierran a las ocho de la noche, a cuya hora se prohibe en absoluto la circulación por las calles, sin luz. En las ventanas, colchones y sacos terreros evitan en parte los efectos de nuestro bombardeo.

La oficina de Cascajo está instalada en el Hospital Militar.

Nuestros aviones han causado grandes destrozos en la población. Los fascistas tienen pocas guerrillas, y en las que exiten hay algunos moros, legionarios y frailes vestidos de moros.

También ha sido fusilado el presidente de la Diputación, don José Guerra Lozano.

Fueron igualmente fusilados nueve sindicalistas de Fernán Núñez.

En la capital no hay carbón, habichuelas ni arroz. El pescado tampoco llega de Huelva a causa de la huelga gneeral planteada en dicha ciudad.

Una avioneta rebelde tiroteada por nuestras ametralladoras parece que cayó en Córdoba con serias averías. A los facciosos les quedan tres aparatos, dos de ellos avionetas.

Nuestras tropas cercan la capital y se hallan preparadas para dar el asalto definitivo en cuanto el alto mando lo ordene. El espíritu y moral de las tropas leales son formidables, lo mismo que los del proletariado cordobés, que, pese a la vigilnacia y al terrorismo existentes, se halla dispuesto a dar la batalla.

La impresión del jefe de la columna es francamente optimista.


EN OTROS PUNTOS
Al que lee un periódico republicano lo fusilan

VARIAS FAMILIAS FUSILADAS
Tarragona. – En la Comisarái Delegada de la Generalidad, al frente de la cual está persona tan competente como don Luís Mestres Capdevila, hemos tenido oportunidad de hablar con dos fugitivos de Belchite, llamados Pedro Nadal y Joaquín Gil, conocidísimos en la comarca, los cuales manifestaron que los fascistas les hacen trabajar en la construcción de trincheras y parapetos y después les dan muerte. Pedro Nadal nos ha dicho que le habían matado a su padre, y que él y su compañero, que iban a correr igual suerte, se pudieron esconder y por la madrugada fugarse hasta llegar a Letux, donde fueron atendidos solícitamente por los milicianos.

También han dado cuenta de que en Belchite han sido fusilados la esposa del alcalde de Lagata y varios familiares, así como la familia del aviador Saldeña, compuesta de la esposa, hijos y un cuñado, y a don Enrique Mínguez, diputado provincial de aquel distrito de Belchite. Este último fué fusilado en Zaragoza, en casa de un cuñado.

Visitamos el monte Lobo, en el cual se están haciendo trabajos de fortificación. Al llegar al monte Lobo aún se encontraron cuatro cadáveres, que los facciosos, en su huída, no pudieron recoger, entre ellos el de un cura, que llevaba un crucifijo en el cuello y en la mano derecha los restos de una pistola ametralladora, que, sin duda, fué alcanzado por una granada. También fué ocupado en el monte Lobo gran cantidad de material de guerra y víveres.


POR TIRAR DESPRECIATIVAMENTE UN PERIODICO FACCIOSO, LE FUSILAN
Santander. – Ha llegado a Santander Claudio Casado, que se fugó de un pueblo de la provincia de Palencia el día 15 de agosto, después de haber sido “fusilado” por los fascistas. Supusieron que había muerto y le abandonaron.

Ha estado durante doce días herido, y sin poder alimentarse ha recorrido los montes de Palencia y León, hasta llegar a la provincia de Santander, donde fué recogido y alimentado.

Después se trasladó a Casado a la Casa de Salud Valdecilla, apreciándole los médidos dos heridas: una en el hombro y otra en la cara.

Ha dicho que el motivo de la sentencia fué por recoger un trozo de un periódico faccioso arrojado por un avión, y que después de leerlo lo tiró despectivamente. Le vió una mujer, que le denunció, y fué condenado a muerte. Erraron el tiro, se hizo el muerto y, tan pronto, como pudo, huyó sin ser visto.


Cuatro millones de las órdenes religiosas en Solsona

Barcelona. – El Comité revolucionario antifascista de Solsona se ha incautado hasta ahora, procedentes de varias órdenes religiosas e iglesias, de más de cuatro millones y medio de pesetas.


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