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Gipuzkoa 1936

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UNA NOTICIA DEL DÍA


Al miliciano guipuzcoano

Jueves, 10 de septiembre de 1936

Páginas:

Redacción, Oficinas y Talleres,
GARIBAY, 34

FRENTE POPULAR
DIARIO DE LA REPUBLICA

Teléfonos: 14.621 y 14.634
San Sebastián, 10 de Septiembre de 1936


RELATO DE UN MILICIANO QUE CAYO EN PODER DE LOS FACCIOSOS
CONDENADO A MUERTE CON CUATRO COMPANEROS, DESPUES DE MARTIRIOS Y VEJACIONES, SE LES FUSILO, FUERTEMENTE ATADOS

Herido de varios balazos, se finció muerto, logrando horas después evadirse.- Los facciosos, que llevan en sus pechos cruces y medallas religiosas, blasfeman, se embriagan y cometen toda clase de desmanes.-Entre otras cosas, les dicen a los soldados que el “Almirante Cervera” destruyó por completo Gijón que ya está en poder de los facciosos.


(Gijón.-Por Correo).

-Entre los heridos llegados estos últimos días al Hospital –nos dice un amigo- figura un bravo miliciano a quien los facciosos “fusilaron” con otros cuatro compañeros y que tuvo la serenidad de ánimo, la entereza y la astucia suficientes para fingirse muerto logrando salvar la vida. Ha de ser interesante el relato que él haga.


EL PROTAGONISTA
Acudimos al Hospital en pos de la información que nos indicaban. Expusimos el objeto de nuestra visita.

-¿Queréis hablar con el “muerto resucitado”? En la sala general está. Ocupa la cama número 35.

Allá nos encaminamos. Le rodean parientes, amigos y compañeros. Es un joven de complexión robusta. Manos encallecidas por las duras faenas del trabajo. Mirada franca y expresiva. Animoso, optimista, nos relata su episodio sin ningún alarde de vanidad o de engreimiento. Así son nuestros milicianos. Luchan con admirable espíritu de combatientes y el más encendido entusiasmo y cuando caen heridos conservan con firmeza toda su moral dispuestos a volver a la brecha con los mismos ánimos con que se enrolaron en las filas del Ejército popular para aplastar a las hordas fascistas.

-Duro ha sido el trnace en que te has visto –le decimos.
-En efecto. Peor ha sido para mis compañeros. Pero ya nos cobraremos de esta infamia. Vengaremos a nuestros hermanos y en plazo no muy lejano.

Digamos, previamente, que el protagonista de este episodio es Mariano Rodríguez, de la Felguera. Formaba parte del grupo que manda Higinio Carrocera. Operaban en el sector de Luiña.


VEJACIONES Y MARTIRIOS
El domingo, hacia las doce de la mañana, los cinco milicianos que formábamos la avanzadilal en una casa de planta baja, cuando nos disponíamos a comer fuimos sorprendidos por una partida de facciosos formada por unos veinticinco o treinta. La mandaba un comandante. Iban un teniente, un brigada, un sargento del Tercio, otros varios del Ejército, dos paisanos, fascistas, sin duda; conocedores del terreno, y el resto soldados. Llevaban fusiles y algunas bombas de mano. Todos ellos ostentaban cruces, medallas y otros emblemas religiosos y la bandera monárquica. Por cierto que el lenguaje que empleaban no estaba muy acorde con aquellos símbolos. Las más soeces blasfemias salían de labios de aquellos facinerosos. Se lanzaron sobre nosotros dirigiéndonos toda clase de insultos y golpeándonos furiosamente con los fusiles. Fuertemente atados codo con codo y de ligar nuestras muñecas hasta que la sangre brotaba por nuestras manos, nos condujeron como trailla de perros hasta una casa que distaba de la que nosotros ocupábamos como unos veinte metros. En el bajo había un establecimiento de bebidas. Las clases y soldados trataron de raziar la taberna. Pretendieron oponerse algunos de los jefes diciéndoles que había que mostrar disciplina y orden. Pero el sargento del Tercio, en tono insolente y vociferando, decía que los legionarios estaban autorizados para apoderarse del botín que encontraran a su paso. Y penetrando en el interior del mostrador se adueñó de cuanto allí había. Vaciaron la estantería en la que no dejaron ni una sola botella de las que contuviese líquido, llegando, incluso, a sustraer varias de lejía creyendo que sería alguna bebida alcohólica. Martirizados a culatazos y sufriendo las injurias e improperios de aquellos desalmados, presenciamos una viva discusión mantenida entre ellos porque uno de los paisanos, al que apoyaban, aunque débilmente, algunos de los del grupo, se oponía a que fusilaran al tabernero y a uno de los deudos de éste. Al fin creo que se les perdonó la vida internándolos como prisioneros.


EL FUSILAMIENTO
-¿Y a vosotros?
-Para nosotros no había salvación posible. Ya lo vimos en el primer momento. Pero antes de asesinarnos querían hacernos objeto de las mayores vejaciones. Magullados a golpes, chorreando sangre por las manos cuyas muñecas aparecían desgarradas por las fuertes ligaduras que nos habían colocado, fuimos empujados, a culatazos, hasta una dependencia sita en la parte posterior de la taberna, un reducido local y como a la hora de haber sido detenidos se procedió a nuestra ejecución. Rugiendo como fieras enjauladas, aquellos foragidos, hartos de alcohol la emprendieron a tiros contra el grupo que formábamos los cinco hombres fuertemente atraíllados. Caímos todos a tierra. Algunos de los facciosos volvieron a disparar sus armas para rematarnos. Luego se acercaron a nosotros sacudiéndonos, uno a uno, para cerciorarse de que estábamos muertos. Y volvieron a la taberna a continuar la orgía.

-Y tú, ¿saliste ileso?
-No. Como nos habían colocado de espaldas, recibí varios balazos, seis o siete, en una de las nalgas y en las piernas, por fortuna no de gravedad. El de más importancia es el que sufrí en el muslo derecho, de bala explosiva.


LOGRA ESCAPAR
-¿Cómo lograste escapar?
-Mientras ellos continuaba en el establecimiento emborrachándose, yo comencé a realizar los mayores esfuerzos para librarme de las ligaduras. Al atardecer, los grupos de Higinio Carrocera y de Víctor el de la Braña, de Gijón, atacaron al enemigo con ametralladora, fusil y morteros. Yo me dí perfecta cuetna de que los nuestros venían a lanzar de la casa que ocupaban a los facciosos. Desgarrando mis carnes conseguí desatar las manos que estaban aprisionadas con fuertes cuerdas. En aquel momento penetró en el lugar de la ejecución uno de los foragidos. Volví a quedarme inmóvil para que no me descubriera. Y a las nueve de la noche, después de cerciorarme de que mis cuatro compañeros habían muerto, salí arrastrándome hasta la carretera en el instante en que llegaban cuatro de los míos a los que grité furiosamente para que me reconocieran.

-¿Y el enemigo?
-Acosado por los de carrocera y Victor el de Braña, habían tenido que ceder aquella posición, en que pretendían hacerse fuertes, retirándose a otra, más a retaguardia. Con la alegría que es ntaural mis compañeros me recogieron, conduciéndome a El Pito, distante unos quince kilómetros. Allí me hospitalizaron, permaneciendo hasta que se dispuso que fuera evacuado a Gijón.


RESCATAN LOS CUERPOS DE LOS FUSILADOS
-¿Lograron rescatar los cadáveres de los cuatro fusilados?
-Sí. Al día siguiente, en un nuevo combate con los fascistas que habían pretendido nuevamente apoderarse de la casa que estaba la taberna, los nuestros retiraron los cadáveres de mis cuatro infortunados camaradas, que fueron traídos a Gijón.
-Pocas veces verás la muerte tan cercana como en ese episodio de tu vida.
-Es posible. Pero lo que a mí me ocurrió es una prueba del poco espíritu que existe entre la tropa que sigue a los facciosos. Los soldados están faltos de moral. Y sin moral no se acierta a hacer blanco. Luchan a la fuerza. Viven completamente engañados, hasta el punto de que, según yo les oí, les hicieron creer que el “Cervera” había destruído Gijón, que ya estaba en poder de ellos, y que los aviones que estos días pasaban por encima de las posiciones de aquella línea eran adictos a los facciosos. ¡Si supieran la verda!

-¿Habrán tenido nuestros enemigos alguna baja en los encuentros de aquellos días?
-Sí, bastantes. De los nuestros creo que resultó muerto un miliciano de la Calzada. Era compañero del que ocupa en esta misma sala la cama número 30.


OPTIMISMO MILICIANO
-Y ahora, a reponerse de las heridas sufridas.
-Eso es. Y que cuanto antes pueda volver a las filas donde mis compañeros luchan por la libertad y el aplastamiento de los facistas.
-Veo que el contratiempo no causó mella en tu espíritu.
-Al contrario. Hay que vengar a los caídos y seguir en la brecha.

Nos despedimos del bravo miliciano admirados del sano optimismo que reflejan sus palabras. Así son todos lo que, como él, ofrecen su sangre generosa en holocausto de la causa del pueblo.

* * *

Antes de abandonar aquella sala, cruzamos breves palabras co nel ocupante de la cama número 30. Se llama Manuel Sánchez. Es vecino del barrio del Natahoyo. Era delegado del grupo de la C N T mandado por Víctor el de la Braña.Resultó herido de un balazo en el costado en aquellos mismos encuentros con el enemigo en el sector de Luiña donde cayeron Mariano y sus cuatro compañeros. El que pereció en la acción a que aludía Mariano era José Alvarez, popularmente conocido por “Bandera”, también delegado del mismo grupo de Víctor. Otro héroe. Como muchos más de los que combaten en las filas de nuestras bravas milicias.


PATRIOTA VASCO

POR LA LIBERACION DE EUZKADI, NUEVAMENTE AMENAZADA DE INVASION TIRANICA.

POR EL LOGRO DE LA AUTENTICA Y FRATERNAL FEDERACION DE PUEBLOS IBERICOS.

POR TU AMOR AL IDIOMA VERNACULO, A TUS COSTUMBRES MILENARIAS, A LA TIERRA QUE TE VIO NACER.

POR PATRIOTISMO, POR DIGNIDAD, POR ESPIRITU DE CIUDADANIA.

¡LUCHA HASTA MORIR CONTRA LA BARBARA AGRESION DEL CARLISMO OPRESOR, QUE OTRA VEZ QUIERE APLASTAR TUS SAGRADAS LIBERTADES!


IMPRESIONES DEL FRENTE

Anochece. El ánimo del combatiente se deprime, sobre todo cuando hay escasez de armas y municiones. En parte, la cosa pare lógica, pero solamente en parte, porque cuando se lucha por ideas no puede admitirse la duda ni la vacilación por el solo hecho de que anochezca o falte algo de lo necesario para luchar. Porque se trata de una obligación impuesta por la necesidal que nace del convencimiento de luchar, no ya por mandato de alguien o por disciplina de organización, sino por persuasión, por imposición ineludible de las ideas que todos estamos obligados a defender.

En la lucha que hay planteada en nuestro pueblo, cuando se trata de hombres que se llaman idealistas y pertenecen a un Partido Obrero disciplinado, no puede admitirse el concepto de que se lucha por disciplina simplemente. Luchamos todos obligados por el mandato de las ideas y por espíritu conservador de nuestras propias existencias, ambas cosas a la vez. Por eso es inadmisible que el combatiente busque pretextos cada vez que se le llama a combatir en las condiciones penosas que hoy tenemos que luchar.

Puntualizaremos aún más la cuestión. Queremos decir que no hay más remedio que luchar con las armas y los elementos que están a nuestro alcance y de los que hoy podemos disponer. Si no hay lo que desde el punto ideal necesitamos y deseamos, tenemos que batallar con lo que haya, porque no hay más remedio que hacerlo, sin protestas, sin lamentaciones, sin desmayos de ninguna especie.

Observando algo de lo que se ve y se sabe del frente enemigo, contrastándolo con lo que entre nosotros ocurre, vemos la gran diferencia que exise entre nuestra concepción democrática de las cosas y la autoritaria de aquél. Nuestros soldados luchan en el frente y resisten siempre, mientras la resistencia no ofrece dificultades superiores. Después, en su ánimo ejerce una presión tranquilizadora saber que en la retaguardia no esperan los fusiles del pelotón de ejecución contra quienes tiene miedo y huyen. No ocurre eso en el campo enemigo, que lanza sus soldados a la pelea y los fusila si intentan retroceder. Nuestros soldados tienen sólo una zona de peligro, mientras los del enemigo tienen la muerte de cara y el fuslamiento a la espalda. Conviene que tengamos muy en cuenta para la explicación de lo que algunos llaman valor del enemigo y cobardía de nuestras fuerzas, a la vez que debemos aprovechar esa gran lección de la lucha para corregir defectos nuestros y encaminar por ende nuestros pasos hacia la aplicación de una disciplina democrática, si bien militar.

Todo estaría resuelto si cada miliciano poseyera una amplia y sólida educación política proletaria. No la poesee, y no son culpables ellos de no poseerla, sino el régimen burgués que les negó toda clase de culturas. Pero el problema existe, está planteado en toda su crudeza, y no queda más remedio que abordarlo y resolverlo, pero con la rapidez que demandan las circunstancias. Si carecemos de la más elemental educación política no hay manera de comprender los problemas que la lucha actual plantea, ni nos encontramos de antemano preparados para acometer asuntos de nueva estructuración militar.

Una de las tareas que hoy se echan sobre nuestras espaldas con mayor peso de imposición, es el de nuestra autoeducación política, como condición indispensable para una buena dotación de cultura militar, convencidos de que cuando eso hayamos logrado habremos resuelto casi todos los problemas que en la campaña actual nos abruman. En el frente se notan más que en parte alguna, las deficiencias de la educación política, porque es también en el frente donde en realidad se notan los defectos de la nueva organización militar.

Podremos conseguir facilísimamente que los milicianos sepan formar, marcar el paso y marchar marcialmente y de una manera elegante, incluso podremos llegar a que la gente aprenda a realizar una retirada magnífica, con lo que sólo habremos conseguido dotar a nuestras milicias de lo que en realidad constituyen el cascarón espectacular del viejo ejército burgués. Pero la nueva concepción de lo que ha de ser un ejército nuevo, como el ruso, sólo puede nacer de la eduación política de los componentes del mismo, como sucedió en Rusia con el Ejército Rojo, cuya experiencia puee sernos tan indispensable.

Nunca mejor que ahora para emprender una buena labor de educación política y revolucionaria acerca de la insurrección armada, porque la lucha actual de guerra civil no es ni más ni menos que una insurrección provocada por el enemigo, con sus correspondientes alternativas de ofensiva y defensiva.

La enorme e interesante literatura de la Gran Guerra y la Revolución Rusa; la gran experiencia de la insurrección bolchevique peude constituir el arsenal del cual podemos sacar los materiales para conseguir la educación que con premura hace falta en nuestras Milicias Antifascistas.

Abordemos todos la cuestión, acometiéndola con voluntad y entusiasmo, y entonces habremos conseguido resolver el problema fundamental del frente y de las Milicias.

Francisco García Lavid


FRENTE POPULAR
Se vende por las calles a todo el público en general.


¡¡Exterminio al fascismo!!
¡¡A vencer!!

Usaremos, una vez más, la manoseada de la “nave del Gobierno”.

El capitán y los oficiales que hoy gobiernan la nave de la República, son aguerridos marinos, expertos pilotos. Tienen cerebro, corazón y coraje. El barco ha necesitado nueva dirección, no porque en estos momentos de trabajo intenso, donde en un día se gastan más energías que en tiempos normales en un año, es necesario este relevo.

Día que pasa, se afianza más nuestro triunfo. Noticias que nos llegan, en forma confidencial unas veces y otras públicamente, confirman nuestra victoria aplastante y definitiva.

Los timoratos, los neutros, los que solo hacen tomar café, jugar al domino, y de vez en cuando dar alguna noticia derrotista, y que hasta a veces veladamente dicen (cuando se encuentran con algún significado elemento leal) que ellos también desean nuestra victoria, hay que tener mucho cuidado con ellos, mucho. De esta clase de sujetos hay muchos. Algunos son indiferentes, sin ninguna sensibilidad, ni exterior ni interior. Otros son los cucos, los agazapados, los que esperan al final, para entonces arrimarse al ganador. Otros son los espías, los traidores, los asesinos y cobardes. Todos son de cuidado, a todos debemos vigilarlos.

Hemos repetido muchas veces, y en todas formas, que en la retaguardia, la labor a realizar es inmensa. En esta hora trágica, no puede haber neutros, ni indeiferentes: en esta contienda hay que estar a favor de la civilización, de la justicia social y de la República, o en contra, y en este caso, que vayan al frente de los asesinos los agazapados y cobardes, porque de lo contrario pronto los echaremos o terminaremos con ellos. Nuestros amigos, todos, absolutamente todos, deben trabajar, intensamente, en la fábrica, en el taller, en la oficina, en la vigilancia, contra espías y traidores, en alojar a nuestros hermanos, que han tenido que abandonar sus hogares en los pueblos que están en el frente.

¡¡Qué cuadros he visto estos días!! Mujeres de luto, con sus pequeñuelos llorando, gentes que han perdido todo, sus medios de vida, sus familiares en el rudo combate, gentes que vivían felizmente, que dormían en el lugar que nacieron, que trabajaban en sus pequeños talleres, hoy se encuentran con todo perdido, teniendo que vivir de la limosna, pero no, hay que decirles que lo que se les da no es limosna, es solidaridad, es cordialidad, es amor. Que cuando esto pasase la vida será completamente nueva, donde todos trabajen, donde todos vistan bien, donde a todos se les cuidará su salud, donde a todos se les dará instrucciones, donde a todos se les dará una vejez decente y tranquila.

¡Hermanos que venís de los pueblecitos de Guipúzcoa, donde también nací yo, valor. ¡Tener fé en el porvenir, mientras tanto, nada os faltará

En esta contienda no solo nos jugamos el porvenir de los auténticos y buenos españoles, nos jugamos también el porvenir del mundo, de la humanidad. Por eso es increíble la neutralidad oficial de los Gobiernos extranjeros, aunque no del pueblo trabajador. Este está absolutamente todo él con nuestra causa, que es la de ellos también. Si los facciosos no recibirían elementos de la fascista Portugal, hace un mes habíamos terminado con nuestro triunfo. Pero no importa, pronto cantaremos a pleno pulmón: ¡¡Arriba los corazones, arriba todos los trabajadores del mundo!!

Los cerebros, los corazones de todo el proletariado mundial, está con nosotros, está pendiente de nosotros. Nos ofrecen sin tasa su ayuda, no podía ser de otra manera. La sangre, la raza, no une a los hombres, nos unen los sentimientos, los ideales de fraternidad, los ideales de justicia social. Los problemas del trabajador, son los mismos en el mundo entero. Hoy en todas partes, igual en la China, que en Africa, que en America, que en esta vieja Europa, no hay más lucha que la siguiente: fascismo, capitalismo imperialista y usurpador, que todo está en esa trilogía, contra el proletariado, contra la justicia social. Frente único de los explotadores, contra los explotados. Nuestros eternos enemigos han elegido este rincón de España para provocar una guerra, y su ideario es aplastar la fuerza que en estos momentos representa el proletariado mundial unido, y en esta enorme masa de proletariados, entran los manuales intelectuales, y esa clase, mal llamada media, que es tan proletaria como todas, y que recién se está dando cuenta que con nuestro triunfo será beneficiada por igual.

Aquí no hay tampoco problema religioso. Esto de la religión, allí cada uno que lleve en su conciencia la que más se adapte a sus sentimientos. No necesita exponerla públicamente. El altar que lo lleve en su intimidad. Es igual que sea de Buda o de Confuncio, o de Cristo, si la siente honradamente es respetable. En los problemas de la tierra no entra la influencia de Dios, mejor dicho, no hay que mezclarlo. Estos los estamos resolviendo nosotros. Ahora nuestros enemgios con esa máscara religiosa han cometido y están cometiendo, toda clase de crímenes. Allá ellos con su conciencia. Hagamos un culto íntimo de la religión.

¡¡Camaradas de la retaguardia, todos a trabajar por el triunfo!! Ayudemos también a nuestros hermanos que vienen de los pueblos devastados. Démosles el consuelo del cuerpo y del alma, y coraje para la lucha.

¡¡Vosotros, los indiferentes, los neutros, los insensibles, mucho cuidado, taparos la boca, mucho cuidado con la campaña derrotista, mucho cuidado en vuestras falsas palabras, ya os conocemos, ya estais fichados!!

¡¡A vencer!!; en estas seis letras está este momento todo nuestro programa.

¡¡Arriba los corazones!!

Pedro ANTIN Y OLAVE
5-9-36.


LA SUSCRIPCION
Pro Frente Popular

Segunda lista de recaudación del día de haber efectuada en la Sucursal de San Sebastián de las Organizaciones Agrupación Náutica de Bilbao y Asociación general de Maquinistas navales de Bilbao, 256, pesetas.

Se acompaña a la presente la suma de 272 pesetas con destino al Frente Popular recaudadas entre el personal de esta Prisión Provincial del Kursaal.

Antonio Sasiambarrena, 12 pesetas; Julio Salinas, 11,50; Marcelino Martín, 5; Baltasar Martín, 5; Gonzalo Elorza, 5; Isabelino Donis, 5; Francisco Tellería, 1; Benito Rodríguez, 5; José Alonso, 5; Jerónimo Arana, 5; Agustín Mendiburu, 5; Lucas López, 5; Carlos Bazán, 5; Manuel Goicoechea, 5; Tirso Gil, 6; José Tolosa, 5; Juan García, 6; Quintín de Frutos, 6; José Olasagasti, 5; Francisco Mangas, 5; José Sajado, 6; Domingo Olano, 11; Ceferino Martiarena, 11; Salvador Mateos, 1; José Ramón Crusset, 6; José Salaverría, 5; Restituto González, 5; Moisés Elorza, 5; Julián López, 11; José Latasa, 5; Cipriano Ibáñez, 5; Esteban Ochoa, 5; Andrés Cuesta, 5; Antonio Ruiz, 5; Angel López, 5; Abel Beti, 5; Heliodoro Tobalina, 3; Clemente Larburu, 100; Regino Garayalde, 5; Un anónimo, 55.

Total, 290,50 pesetas.


* * *

Suscripción para sufragar los gastos del Frente Popular.

Barena, 5 pesetas; Empleados del C. A. T. 74,25; Com. Comunicaciones Gil Barrios, 50; J. M. G., 42,50; Sindicato de estido y Tocado U. G. T. y C. N. T. 1390 Colonia Universitaria de Santander, 1.300 Carmen de Rosillo, 600; Comisariado de Finanzas de Pasajes Ancho, lista número 11, 1.012; Agrupación de Dependientes Municipales de San Sebastián, día de haber, 797,25; Salvador Polina, día de haber, 15; Manuel Olasagasti, 10; Federación de Agentes y Viajantes del Comercio y la Industria de San Sebastián, U. G. T. 110; Funcionarios de Telégrafos, segunda entrega, 1.698,50; María Luisa Arrizabalaga, maestra Provincial, segunda entrega, día de haber, 10,50; Cámara de Inquilinos, donativo, 5.000; Enriqueta Hernáez, 2; Francisca Otaño, 5; Obreros de la S. A. M., día de haber, 2.182,20; J. G., 2; Empleados de la Compañía del Tranvía de San Sebastián a Rentería, día de haber, 2.104,85; Pedro Xatruch, de Bayona, 50; Varios empleados de la Diputación, 80; Personal de la Casa de Maternidad de julio y agosto, día de haber, 354; Personal de Correos de Guipúzcoa, día de haber, 507,74; Personal de la Delegación de Industria, día de haber, 162,65; M. C. M., 5; Juan José Cortajarena (jubilado), 5; Varios empleados de la Diputación, 10; P. P. y G. T., 500; Enfermeros, practicantes y similares del Hospital de San Antonio Abad, 691; F. S., día de haber, 8; M. S., ídem. 15.

Suma del día anterior, 18.410,44 pesetas.

Suma anterior, 760.341,25 pesetas

Suma total, 778.751,72 pesetas.


RECAUDADO POR LOS CONDUCTORES DEL FRENTE POPULAR DE ALZA

Federico Goitia, 10,50; Francisco Ramos, 10; Sebastián Uruñuela, 11,80; Eduardo Andrés, 11,50; Cesáreo Larrea, 11,56; Antonio Castro, 17; Emilio Solana, 11,50; Eusebio de la Caba, 11; Sotero Martínez, 10; Francisco Sánchez, 13,35; Jesús Perezgrueso, 11; Ricardo Matesanz, 17; Antonio Pimentel, 10; Valentín Calafi, 25; Manuel Aramburu, 15. Total 194,65.


SUSCRIPCIOND EL PERSONAL FEMENINO DE W. C. PUBLICOS MUNICIPALES

Luisa Beraza, 5; Guadalupe Alcibra, 5; Luciana Lóepz, 5; Martina Ormazábal, 5; Josefa Gainza, 5; Patricia Mendizábal, 5; Francisca Bordinabe, 5; Concepción Martínez, 5; Josefa Liciaga, 5; María Beraza, 5; María Michelena, 5; María Añorga, 5; Antonia Peláez, 5; Jesusa Ugalde, 5; Dorotea Odriozola, 5; María Garmendia, 5; Manuela Huici, 5; Paulina Goñi, 5; Alejandra Echaso, 5; Martín Iribarren, 8; Germán Moreno, 8. Total 121 pesetas.

Cantidad total entregada: 3.192,80 pesetas.

San Sebastián, 27 de agosto de 1936.- El secretario, Juan Alvarez.





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