Sábado, 22 de agosto de 1936
FRENTE POPULAR
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San Sebastián, sábado, 22 Agosto 1936
ANO I
DIARIO DE LA REPUBLICA
NUMERO 27
Gijón está íntegramente en poder de las fuerzas leales
DESACREDITADO CONCEPTO DE LA NEUTRALIDAD
Indalecio Prieto ha publicado una serie de artículos comentando, con certera visión, la equivocada posición de neutralidad en que se han colocado algunos países europeos, especialmente Francia, ante la contienda fratricida desatada en España por los militares traidores.
La posición especial de responsabilidad política en que se encuentra el leader del socialismo español le lleva a medir, en forma un tanto diplomática, la exposición del concepto, lo que no impide que en su último trabajo periodístico, aparecido en “El Liberal” de Bilbao del día de ayer, afirme una verdad incuestionable: que el triunfo del Frente Popular español librará a Francia de la guerra del fascismo.
¿Y qué ha hecho Francia, de su parte, para evitarlo?
Francia, triste es decirlo, ha seguido, desde un tiempo a esta parte, una política que en vez de combatir la lepra fascista la ha intensificado, la ha acrecido, la ha puesto en la situación de terrible peligro que represetna en la hora de ahora.
Francia (éntiendase bien que al decir Francia nos referimos a sus Gobiernos rectores y no al democrático y sano pueblo francés) ha regido su política exterior de manera lamentablemente desacetada. La presión terrible de la mafia capitalista, manejando torpemente el principio de la neutralidad y diciendo querer evitar al país las tropelías de una nueva guerra, no hacen otra cosa que precipitarla, convertirla en inevitable y más terrible y dolorosa que todas las anteriormente habidas, no sólo por ser lo que hubiera de ser su desarrollo, sino por los resultados finales de la misma.
Que el pueblo francés no lo quiere lo dice de manera terminante el resutlado de las últimas elecciones y la condenación de la política de Laval.
Laval, hombre nefasto para la democracia francesa y para toda la democracia mundial, fué, por acción o por omisión, la más eficaz propaganda del fascismo. Contra la tesis de Anthony Eden, el joven y moderno político británico, Laval sostuvo o impuso en Ginebra una política de franca ayuda al fascismo italiano en la cuestión abisinia.
Su política de concesiones, de ayuda a Italia, de sometimiento constante, imposibilitó una rápida aplicación de las sanciones y el imperialismo fascista tuvo las manos libres para extender sus garras sobre el antiquísimo territorio etíope, cuya dominación no calma su sed de conquistas y de expansión, que aspira, acaso como límite mínimo, a la posesión de todo el norte africano y, por consiguiente, al dominio absoluto de las aguas mediterráneas.
Aunque tarde, Francia vió el peligro. Derribó a Laval de los puestos de maondo, lo sustituyó con Steeg, y en las elecciones paradas dió un viraje imponente hacia la izquierda.
Pero ya era tarde. La política de concesiones a Italia dió a este país el triunfo sobre un pueblo débil e indefenso y, de centera, exaltó al fascismo italiano de tal forma que ya no ve fronteras ante sí, ni la existenci de fuerza armada y mroal que lo frene o lo sujete. Esta es la terrible verdad.
El fascismo, llámese alemán, italiano o griego, responde en su origen, en su financiación, en sus movimientos y en sus objetivos a una finalidad concreta; predominio absoluto del capitalismo sobre la masa proletaria. Aplastamiento de todo cuanto signifique libre exposición de ideas y de asocación política y social. Predominio de una clase que forman los menos y los peores en contra de las más sana y mejor que forman los más. Vuelta a los tiempos bárbaros del señor feudal, del absolutismo del Estado, manejado por un hombre, llámese Hitler o Mussolini, contra quien no cabe opinión, movimiento ni propósito.
Laval, que representaba a Francia, no quiso verlo. Tal vez, y esta sería la única atenuante a su actuación, tuvo el terrible temor de llevar a su país a una nueva guerra. Existía el peligro, es cierto. Pero era y es un peligro que debe afrontarse, que tiene que afrontarse, con entereza, serenidad y bravura. Era y es un peligro probable que hay que acometer para evitar un peligro seguro: el total aplastamiento de la democracia por el triunfo del fascismo. La situación de los pueblos libres de Europa frente al fascismo es idéntica a la de un enfermo del estómago que empieza por rehuir la medicación que cure su dispepsia. Por no atenderla a tiempo, la dispepsia se convierte en una úlcera dolorosa; por temer a la operación, la úlcera se trasnforma un día en terrible perforación. Y entonces llega el caso de intervención a vida o muerte y el paciente muere en la mayoría de los casos.
Esta y no otra es la terrible situación actual de Francia y de las demás democracias europeas. No atajaron a su tiempo la llaga del fascismo y el mal ha ganado todos los órganos vitales de la vieja Europa. Somos nosotros, los españoles, lo que nos estamos jugando la vida para salvar nuestra libertad, y, con ella, la de los demás pueblos que aspiran a ser libres. Y lo hacemos, esto es lo terrible, ante la impasibilidad suicida de esos pueblos que no sólo no nos ayudan, sino que tratan de imponer una neutralidad suicida que lo impida, en tanto que el fascismo nutre a nuestros adversarios connacionales de todos los medios precisos para que puedan triunfar sobre los hombres dignos de España.
Gran tragedia para nosotros y para ellos. Tragedia para nosotros por los ríos de sangre y el acervo de dolor con que están contribuyendo en la contienda los españoles dignos, liberales y antifascistas. Tragedia para ellos, Francia especialmente, que teniendo en la Historia la gesta magnífica y gloriosa de la revolución que dió vida y realidad a la defensa de los derechos del hombre, se encoge ahora, atemorizada e irresoluta, dejando día a día crecerse a un enemigo terrible e inhumano que no está dispuesto a perdonar.
Ya sabemos que este pensamiento nuestro es el pensamiento de la mayoría del gran pueblo francés. Sabemos cómo lucha y cómo trabaja para romper ese cerco con que las masas capitalistas francesas (que, como todo capital, no entiende de nación ni de sentimiento y sí sólo de intereses) han tratado de envolver al Gobierno francés del Frente Popular para que, encerrándose en una neutralidad absurda, desatienda las peticiones del legítimo Gobierno español, que en este caso son los intereses de toda la democracia europea. Sabemos también que el Gobierno del Frente Popular francés se defiende y no está dispuesto a entregarse al suicidio ni a llevar a la libre Francia a la muerte.
Nosotros venceremos fatalmente. Y en el caso de ser vencidos –suceso que sólo a los efectos de una opinión hipotética podemos aceptar- caeremos todos, uno a uno o en montón y caeremos con la gloria inmarcesible de haber dado la vida colectivamente por los postulados de los hombres libres y de la dignidad humana.
Y los que siendo carne de nuestra carne y espíritu de nuestro espíritu, hermanos del ideal que se expande más allá de toda frontera natural o geográfica, presenciaran aterrados e impasibles, pero en uno y otro caso acobardados e impotentes la tragedia, no tendrán mucho tiempo para lamentarse de ello. Porque como alud irresistible, apocalíptico, el fascismo invadirá Europa, impondrá su ley, su bárbara ley, someterá al pueblo para siglos y acabarán en el mundo las libertades ciudadanas.
Seguimos firmemente convencidos, los españoles, de que conseguiremos evitarlo. Mas si en ese caso hipotético que nos negamos a aceptar, nos equivocáramos, tendremos siempre una virtud: la de haber caído con gloria, con denuedo y con brío, luchando por los postualdos de dignificación social y universal.
Aunque nuestros hermanos espirituales nos hayan dejado solos.
Lea y propague
“Frente Popular”
PARA LOS DEFENSORES DE LA REPUBLICA
Los milicianos, perfectamente controlados, cobrarán diez pesetas diarias
Madrid.- En la “Gaceta” se ha publicado una orden circular del ministerio de la Guerra disponiendo que a partir del día 5 del mes actual los voluntarios de las Milicias populares que forman parte de las columnas de operaciones pertenecientes a unidades controladas por las autoridades militares, así como los de las Milicias locales que prestan por orden de aquéllas un servicio permanente que les impida acudir al trabajo, disfruten el haber metálico de diez pesetas diarias.
Los primeros tendrán además derecho al percibo en especie de una ración normal del tipo que actualmente se suministra o del que posteriormente se fije.
No tendrán derecho a haber en metálico ni en especie los miliciaonos que se encuentren en algunos casos indicados anteriormente, aunque conserven el armamento de que actualmente están en posesión.
LA JUSTICIA
Por Angel Ossorio
De nada sirve entretenerse ahora en la crítica de la evolución política y legislativa que estamos presenciando. Casi es imposible apreciarla, por falta de perspectiva histórica. Unas cosas estarán bien, otras estarán mal. Subsistirán muchas, se esfurmarán no pocas. Hay que dejar al teimpo su labor. Mientras tanto, lo único que queda al alcance de los glosadores relativamente serenos (nadie podrá hoy jactarse de poseer una serenidad absoluta) es procurar que la transformación de España se produzca con el menor estrago posible y que las nuevas construcciones tengan cimientos seguros y garantías de estabilidad.
Todas las instituciones están sufriendo mudanzas radicales. La propiedad privada resulta desconocida en cuanto era necesario..., y aun es algo excesivo. El Ejército deja de ser un Ejército de casta feudal y señoritil. (“los hombres de mi casta”, dijo Primo de Rivera al sublevarse) para ser sustituído por otro auténticamente popular. La cultura nacional, abandonada tradicionalmente, conquista febrilmente en días lo que perdió en siglos. La economía cruje al experimentar la mudanza de indiviual a socializada. La Beneficencia y la Sanidad adquieren desenvolvimientos insospechados. El volumen de la conmoción corresponde a la brutal paradoja del fenómeno origianrio; porque no sé si se habrá visto otra vez que las fuerzas del Estado se dediquen a destruirlo y que en cambio, le defienden aquellas clases sistemáticametne preteridas y desatendidas por él. Un general, se lo debía todo al Estado, y es quien le ataca; un segador era víctima del Estado, y es quien lo ampara.
En esta regla de renovación general resulta exceptuada una sola institución: la Justicia. Con su hieratismo solemne, con su paso de tortuga, con su complicada maquinaria, nuestra Administración de Justicia permanece intacta e inconmovible. Nadie adivinirá el por que´.
Supongo que no se reputarán reformas interesantes los recientes decretos: uno que permite al Gobierno jubilar a los magistrado a los sesenta y cinco años, y otro que autoriza al ministro para nombrar funcionarios judiciales interinos. No se trata del personal. Precisamente lo mejro que la Justicia tiene es ese personal. Lo he dicho siempre. Nuestra Magistratura es ejemplar por su austeridad y su recta intención. Si no hubiera vivido siempre cohibida, aterrorizada ante el poder político –desde el ministro hasta el alcalde aldeano-, sería un organismo tan perfecto como en lo humano cabe.
Mas no se trata ahora de virtudes particulares, sino de un proceso genérico. Es dificilísimo que unos jueces- con más o menos de sesenta y cinco años- formados en el servicio leal e inteligente de una cristalización jurídica se compenetren con otra absolutamente opuesta y la interpreten con eficacia y tino. Por lo cual el problema no es de “quitar” a éste o a aquél, sino de “mantener” a algunos por excepción; de jubilar a los inadaptable con honor y consideración; de sustituir a los separados, no con nombramientos inspirados en consideraciones de partidismo político, sino con una minuciosa selección entre otros, organismo públicos (catedráticos, oficiales del Consejo, abogados del Estado, notarios, registradores y funcionarios letrados de los ministeriso que hayan ganado sus plazas por oposición); y, en fin, de estatuir un sistema de recluta por el cual se haga, primero, un “cribado de republicanismo”, y después, una oposición más modernizada que las actuales.
Con hacer todo esto... no se habrá hecho nada si no se pone mano en cosas igualmente enjudiosas. Nuestro Código de Comercio es de 1885, y, naturalmente, desconoce las modalidades del comercio de hoy. El Código civil es de 1888. La ley de Enjuiciamiento civil, de 1881. La de Enjuiciamiento criminal, de 1882. El Código penal, de 1870, aunque con un leve arreglo que la República le ha puesto sin entrar en su fondo.
¿Cree alguien que podríamos vivir con la química, la mecánica o los materiales de construcción que se conocían en 1870 ó 1880? Pues tan descabellado como eso es mantener normas de derecho que ya en aquellas fechas eran insuficiente y enrevesadas.
Así ocurre que subsiste la curia, organismo híbrido, que unas veces es justificado terror de los litigantes, y otras veces víctima de un patronaje poco generoso; que algunos secretarios de Juzgado municipal ganan tanto o más que el presidente del Tribunal Supremo; que una reclamación por accidente del trabajo tarde, si hay recurso ante el Tribunal Supremo, tres o cuatro años en sustanciarse; que los pleito contencioso – administrativos duren otro tanto; que no haya amparo contra los litigantes de mala fe y los abogados trapisondistas; que la declaración de pobreza sea unas veces parálisis del litigante necesitado y otras la consabida patente de corso; que el comercio tenga virtualmente cerradas las puertas del Tribunal por la dilación y por el coste de las reclamaciones, que un proceso por injuria o calumnia no sea freno para la procacidad, sino caja de resonancia para el agravio; que no se hay logrado poner coto a los desafueros de la jurisdicción militar, desbordada por encima de las leyes, a veces, ¡ay!, con la complicidad de los togados, según pudo verse en el bienio de 1933 a 1935; que subsista el oprobio de que al lado de la Sala sexta del Tribunal Supremo se sienten dos generales para vigilarla; y tantas y tantas otras cosas que hacen al aparato judicial inútil, cuando menos.
¿Hasta cuándo va a durar esto? ¿Ni siquiera en una etapa revolucionaria pueden los Gobiernos corregirlo?
Los españoles no aprendemos nada, ni aun con los frutos de nuestra propia experiencia. Sólo con sangre nos entra la letra. Cincuenta años se ha venido predicando a los poderosos que debían modificar su concepto de la propiedad, y siempre respondiero colmando de injurias a quienes se lo advertían. Ahora se tocan las consecuencias. Cincuenta años se ha venido indicando que el militarismo era incompatible con el pueblo, y que el Ejército no debía seguir siendo un coto privilegiado. El decirlo costaba amenazas, insultos y procesos. Cincuenta años se ha advertido a la Iglesia que vivía demasiado apartada de las gentes humildes y demasiado pegada a la aristocracia. Quien lo decía, aunque fuese católico, era tenido como hereje. Las lllamas de los templos proclaman ahora de parte de quién estaba la prudencia.
Con la Justicia ocurirrá lo mismo. Nada se enmienda, nada se derriba, nada se crea. Acaso se estima que la España de 1936 puede tener un sistema judicial con poca diferencia en relación al del siglo XVIII.Bueno va. Siga la inercia. Un día asaltarán los Tribunales y Juzgados unas partidas de hombres despreocupados –que todavia, dígase en su honor, no lo han intentado-, y con la insuperable “considerando” de unos fusiles improvisarán una Justicia revolucionaria.
Cuando aquella suceda vendrán los ayes y las lamentaciones. Como ahora los de los ricos, los eclesiásticos y los militares. Pero entonces habrá de decirse a los plañideros que la culpa no es de los revolucionarios, sino de los que, pudiendo evolkucionar a tiempo, no quisieron hacerlo; quizá porque desconcoieron que para la vida normal y pacífica de los pueblos no sirven de nada los triunfos de las armas si no los consolida la justicia.
EN LOS FRENTES DE COMBATE
TODA LA ZONA DE VIDANIA HA QUEDADO LIMPIA DE BOINAS ROJAS DE REQUETES.
En el frente de Irún, las fuerzas leales desarrollaron una brava operación táctica de avance.- Diálogo de cañones.- Excelente moral de las milicias ciudadanas
FRENTE DE IRUN
Excelente ardor combativo el de las milicias ciiudadnas, que lejos de decrecer con la prolongación de la lucha parece reforzarse a cada día que pasa. Ayer, por ejemplo, en el frente irunés nuestra gente se batió con auténtica bravura.
El principio de la jornada se caracterizó por una ofensiva de nuestra muchachada. Apoyados en el fuego de fusilería, después de haber madurado al enemigo con disparos exceelntes de cañón, vairos grupos avanzaron a la descubierta, desarrollándose una finta de gran profundidad y vionecia.
Nuestras patrullas abandonaron las posiciones y se lanzaron sobre el enemigo, no para terminar un ataque a fondo, sino para pulsar la resistencia y combatividad del adversario.
Ateniéndose a una estricta disciplina, los leales no hicieron más que lo que tenían que hacer. Fintar con energía, apoyados también por los bravísimos dinamiteros asturianos, que se han hecho los héroes de las falanges ciudadanas por su arrojo, por su decisión y por su alegre y subyugante optimismo.
Después de este atque a la descubierta, las patrullas volvieron a sus bases respectivas. El objetivo principal estaba logrado. Los mandos tenían la referenica que deseaban.
En esta operación, desarrollada con verdadera habilidad, no tuvimos que lamentar bajas.
Más tarde, el enemigo intentó una ofensiva, apoyándose en fuego de cañón; pero su intento resultó fallido, porque nuestra gente lo mantuvo a raya. Un cañón requeté hizo varios disparos sobre las afueras de Irún, ocasionando desperfectos en algún edificio, sin que causara víctimas.
El resto de la jornada tanscurrió con relativa tranquilidad, rota a veces por paqueos aislados.
FRENTE DE OYARZUN
Lo más saliente de la jornada en el frente de Oyarzun y Ventas de Astigarraga fué el intenso bombardeo de nuestra artillería. Sobre la zona enemiga de Oyarzun, y especialmente sobre algunas de sus posiciones, que pudimos localizar perfectamente, los artilleros leales, atinando la puntería, hicieron unos impactos magníficos.
En más de una ocasión, bajo la acción de nuestros cañones, el enemigo tuvo que replegarse, y acusó los impactos en su moral combativa. Tanto en este sector como en el de Irún se pudo comprobar que los facciosos habían sufrido bastantes bajas, sin que, por fortuna, tuviéramos que lamentar ni una sola de nuestra parte.
La fusilería intervino también intensamente durante la mañana y en fuego aislado durante la tarde.
Las posiciones se mantienen íntegramente. No ha habido en este frente alteraciones notables.
No hubo vuelo de aviones. El cielo estaba totalmente cubierto, las nubes muy bajas y la bruma era bastante intensa.
En el sector de Rentería la tranquilidad fué casi absoluta durante toda la jornada.
FRENTES DE HERNANI Y URNIETA
También aquí las baterías leales intervinieron con intensidad y eficacia. Hubo un inenso duelo de cañón por la mañana, en elcual las fuerzas de la ciudadanía llevaron la mejor parte.
Se atacaron los objetivos previstos, estallando varias granadas en posiciones adversarias, con ostensible eficacia.
La fusilería intervino también, sobre todo en las avanzadillas de la zona de Urneta, sn que hubiera que registrar alteraciones.
FRENTE DE ANDOAIN
Al abrigo de posiciones muy sólidas, bien pertrechadas de municiones de guerra y boca, las milicias ciudadnas van funcionando en este sector cada vez con mayor unidad y disciplina.
Hay que hacer constar la formidable eficacia con que funcionan los dinamiteros asturianos, de los cuales lelgó ayer otro considerable refuerzo.
Los requetés huyen de los dinamiteros como alma que lleva el diablo. Su arrojo, su denuedo, su ardor combativo y, sobre todo, el efecto mortífero de sus artefactos, habilísimamente manejados, ha llegado a inspirarles verdadero terror. A un ataque de los dinamiteros replcian siempre con una huída en desbandada.
El grupo de mendigoizales que ayer se unió a las fuerzas de este frente ha comenzado a hacer de las suyas. Ayer realizó unas cuantas incursiones, más que nada para tantear el terreno.
Hablaron también los cañones, y trabó un diálogo violento de la fusilería, aunque no prolongado.
La situación de nuestras fuerzas es muy ventajosa.
FRENTE DE AZPEITIA
Entusiasmo sin límites en el cuartel general de Loyola y en todos los destacamentos de fuerzas leales de la zona de Azpeitia. Los bravos mendigoizales, adscritos a la causa del Frente Popular, que es la causa de la dignidad ciudadana, continúan su actuación. Músculo joven y ardor combativo, se ensamblan en una empresa noble y justa. Sus correrías guerrilleras han obligado al enemigo a un rápido despliegue para evitar mayores descalabros que los que ha sufrido.
En la jornada de ayer, la característica manera ofensiva de los aguerridos luchadores vascos trajo también en jaque a los carlistas facciosos. Se les hostilizó continuamente y algunos de nuestros destacamentos llegaron casi a la vista de Tolosa, desconcertando al enemigo con su formidable movilidad.
Toda la zona de Vidania ha quedado completamente despejada de requetés. Los aires de Goyaz les sientan mla a los de la boina roja, y han dejado que nuestros muchachos establezcan sus reales en posiciones ventajosas.
Funciona bien la gente en la zona de Azpeitia. Disciplina, unidad de mando, conocimiento del terreno y decisión en la lucha. Saseta, el delgado que se encarga de la concentración miliciana de Loyola está satisfecho de su gente. Puede estarlo en realidad.