Jueves, 20 de agosto de 1936
FRENTE POPULAR
ANO I
DIARIO DE LA REPUBLICA
NUMERO 25
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San Sebastián, jueves 29 Agosto 1936
EN LOS FRENTES DE COMBATE
En la zona de Irún el enemigo dejó ayer más de quince cadáveres sobre el terreno
Las fuerzas leales rechazaron brillantemente a los carlistas y mejoraron su situación. Sin alteraciones en el frente sur. Los mendigoizales toman las posiciones del Goyaz
LA ACCION EN IRUN
Es indudable que la zona más alta del frente irunés constituye la verdadera preocupación del enemigo. Allí concentran e intensifican sus ataques, con objeto de ver si un éxito local vigoriza un poco la moral deprimidad de sus fuezas.
Ayer, cuando menos, les salió la criada respondona. Como les ha salido en otras ocasiones.
Los rebeldes desarrollaron, durante las primeras horas de la mañana, varios intentos de ofensiva. Se entabló un duro y enérgico combate, en el que jugaron papel importantísimo los bravos dinamiteros asturianos que hace días llegaron de Bilbao.
Estos corazones valerosos, que desprecian el peligro y parecen buscar el riesgo, apoyados por la acción enérgica de nuestra fusilería, no tan solo contuvieron al enemigo, sino que sembraron la desmoralización en sus fuerzas.
Se ensayó el procedimiento de lanzar granadas con fusil, que dió excelentes resultados.
Poco después, el resultado del combate quedaba perfectamente determinado. Los rebeldes iniciaron el repliegue y acabaron por retirarse francamente a sus posiciones defensivas. Abandonaron en el campo siete cadáveres y pudo comprobarse que les habíamos hecho más de veinte heridos. Nuestras fuerzas recogieron un pequeño botín de guerra: varios fusiles y alguna ametralladora.
Por nuestra parte, hubimos de lamentar tres bajas, pero por fortuna se trata de tres heridos de escasas consideración.
Hubo un largo período de descanso, y por la tarde se reanudó el combate. Nuestras fuerzas actuaron con estupendo espíritu y ardimiento y al final de la lucha el enemigo había sufrido numerosas bajas, entre ellas trece muertos. Abandonaron una ametralladora.
Como consecuencia de las ofensivas enemigas de ayer, las fuerzas leales, no solamente han mantenido sus posiciones, sino que han mejorado notablemente su situación.
EN OYARZUN Y VENTAS
En la zona de Oyarzun es donde el enemigo ofrece más claros síntomas de debilidad. La acción constante y certera de nuestros cañones les ha infligido notables pérdidas, hasta el punto de que la desmoralización más absoluta y el desaliento más hondo cunde ya entre sus filas.
En la jornada de ayer, el enemigo hostilizó con débiles intentos, perfectamente rechazados por nuestras fuerzas.
En la zona de Ventas de Astigarraga, las fuerzas leales mantienen íntegramente sus posiciones.
Por la parte de Ventas de Irún, el enemigo aprovecha la oscuridad del atardecer para intentar algunas filtraciones, mantenidas a raya por los fusileros de nuestras avanzadillas. En toda esta zona como en la de Rentería, no se han producido alteraciones.
FRENTE SUR
Un duelo intenso de la artillería caracterizó el principio de la jornada de ayer en el frente sur. Nuestros artilleros, bien emplazados, replicaron con singular eficacia al bombardeo enemigo.
Las fuerzas facciosas iniciaron algunos enérgicos intentos cuyo objetivo era, sin duda, romper el frente leal, pero estuvieron bien lejos de lograrlo.
Los combatientes ciudadanos se mantuvieron firmes en sus puestos, porque de momento es la orden que tienen, y las posiciones atrincheradas continúan defendidas con el mismo ardimiento y entereza.
Por consecuencia, ninguna novedad notable en el frente sur.
ZONA ORIENTAL
Los elementos mendigoizales que luchan en la zona de Azpeitia al servicio del Frente Popular han actuado otra vez brillantemente.
Su movilidad extraordinaria desconcierta al enemigo, que se ve atacado simultáneamente por varios puntos.
En la jornada de ayer, los combatientes ciudadanos pelearon con la misma bravura que en días anteriores y respondiendo al fuego del enemigo le hicieron huir.
Lo más destacado de la jornada fué la toma de posiciones ventajosísimas en el Goyaz, posiciones a las que se atribuye una importancia estratégica considerable.
Honor a los valientes
RECOMPENSAS REPUBLICANAS
La República hace honor a sus hombres. Por lo que respecta a Guipúzcoa, la justicia republicana deja ya sentir sus efectos, no tan sólo en lo que afecta al castigo de los culpables, sino a la recompensa que merecen los valientes que han mantenido el espíritu combativo, la moral del mando y el fervor ciudadano en los frentes de combate.
Todos han luchado y luchan bien. Eso es indudable. Pero a todo hay quien gane, y es lógico que ese magnífico ejemplo colectivo de entusiasmo, de ardimiento y de valentía, brinde, sin embargo, posiciones cimeras de heroísmo en la persona de algunos mandos o de algunos valientes de la ciudadanía.
El heroísmo popular acaba de concretarse, cual siempre, en el heroísmo insuperable de unos cuantos hombres, que al mandar o al obedecer, constituyen un verdadero ejemplo de discijlina, de inteligencia, de eficacia. Allí donde hay una actuación destacada, un valor eficiente, una demostración máxima de lealtad y de eficacia, allí debe acudir la República para premiar méritos y otorgar recompensas, no tan sólo por lo que ello tiene de justo, pues se premia el mérito, sino para que sirva de estímulo a todos los demás.
Ya se ha iniciado la concesión de recompensas republicanas. Por virtud de las mismas, algunos mandos leales van a ocupar la jerarquía que por derecho de su acción meritísima les corresponde; y muchos subalternos y milicianos obtendrán, al discernirse nuevos mandos, el reconocimiento de los valiosos servicios que han prestado a la República, a la Justicia y a la Libertad.
Un deber elemental de discreción nos impide referirnos hoy concretamente a los hombres que recibieron su recompensa. Baste decir que existen y que en los días sucesivos se otorgarán otras nuevas que constituirán, a la vez que reconocimiento de méritos, encuadrar en mandos locales, valerosos y capaces, las fuerzas combatientes de la ciudadanía.
JUSTICIA REPUBLICANA
Ayer se cumplió la sentencia dictada por el Consejo de guerra
Un capitán de Infantería y un comandante y tres oficiales de Carabineros fueron fusilados. Un paisano condenado a cadena perpetua y dos alféreces de Carabineros absueltos.
En la madrugada de ayer se constituyó en la cárcel de Ondarreta el Consejo de Guerra encargado de tramitar las responsabilidades contraídas por ocho procesados a quienes se juzgó sumarisimamente.
Ya dimos una ligera referencia de la primera parte de este Consejo en nuestra edición de ayer para San Sebastián y hoy la reproducimos para conocimiento de nuestros lectores de fuera de la capital.
Una vez constituído el Tribunal comparecen en la Sala los siguientes procesados:
Enrique Herce Huarte, comandante de Carabineros, de 43 años de edad; Eugenio Calvo Granada, capitán de Carabineros, de 45 años Juan Recacho Eguía, teniente de Carabineros; Félix Sáiz Baile, alférez de Carabineros, de 56 años; Angel Fuentes García, alférez de Carabineros, de 53; Vicente Domínguez Hera teniente de Carabineros de 33 años; Félix Fernández Prieto capitán de Infantería de la Escuela Superior de Guerra; Alfonso Vignau procurador de los Tribunales.
De la lectura del apuntamiento se desprende la responsabilidad de la mayoría de los encartados que estuvieron primero en la Comandancia Militar o el Gobierno Civil, más tarde en el Hotel María Cristina y finalmente en los Cuarteles de Loyola son acusados de rebelión.
Destaca la culpabilidad del Comandante de Carabineros Herce y la del capitán Hernández Prieto que mantuvieron la resistencia en los cuarteles y tomaron parte activísima en la rebelión. Casi todos ellos cumplieron algunas misones, especialmente en Amezagaña.
El procurador señor Vignau aparece con una responsabilidad no muy definida y los alféreces de Carabineros no cuentan con cargos de importancia en su inculpación.
Una vez verificada la lectura del apuntamiento se suspendió la vista para que el Fiscal y defensor pudieran ordenar sus notas.
Se reanuda la vista con el informe Fiscal.
Se inicia después, por el comandante Herce el interogatorio de los procesados. El fiscal pregunta al procesado si no es cierto que se celebró una reunión de jefes y oficiales, presidida por el teniente coronel Vallespín, en la que el procesado apoyó el criterio de mantener la sublevación. El procesado contesta negativamente y respondiendo a preguntas de la defensa manifiesta que se limitó a cumplir las órdenes recibidas.
El fiscal reitera ante los demás procesados militares las mismas preguntas añadiendo otras a virtud de las cuales pretende determinar la responsabilidad de los encartados. El interrogatorio se desarrolla con arreglo a preguntas y respuestas de esta naturaleza:
-¿Cómo estaban ustedes en el Hotel María Cristina?
-Porque habíamos recibido órdenes de concentrarnos, según se decía para oponerse a las fuerzas de artillería. Al llegar allí se había iniciado ya un fuerte tiroteo y al entrar mataron a un carabinero.
-¿Por qué salieron ustedes del Hotel María Cristina?
-Porque allí no se podía resistir más y de pronto alguien dijo: ¡Vaómos, vámonos a los cuarteles!
-¿Quién dió la orden de ir a los cuarteles?
-Nadie en realidad. Allí se dijo que había que marcharse y todos salimos desordenadamente, en confusión.
-Es decir, que no obedecieron órdenes de nadie, de ningún superior, sino que salieron porque alguien dijo que había que salir. ¿Sabían ustedes que el acto que estaban realizando era una sublevación?
-No. Lo supimos cuando llegamos al cuartel. Hasta entonces no se puede decir que ninguno lo supiéramos.
-¿No sabían ustedes que al salir del Cristina algunos o mcuhos de los que estaban allí lejos de ir al cuartel se marcharon, separándose de la sublevación?
-No. En la confusión de la salida no pudimos darnos cuenta de eso.
-Y una vez en el cuartel, cuando según ustedes comprendieron que se trataba de una sublevación contra el Gobierno legítimo, ¿cómo es que permanecieron allí, en vez de oponerse al hecho ilegal?
-Porque en realidad no interveníamos activamente en los sucesos.
-¿Cuál era entonces su misión (pregunta a uno de los militares encartaddos) dentro del cuartel?
–Ninguna. Me paseaba por allí, porque no tenía mando alguno.
-Es decir, que se limitaba usted a pasera mientras los demás se batían.
-Sí...
Con ligeras alteraciones ,este fué en líneas generales el interogatorio con objeto de determinar que los procesados obedecían órdenes de sus superiores y que alguno de los procesados, cuando se verificó el sorteo de mandos para acompañar a la columna que salió paraMondragón, de haber resultado favorecidos, se estarían batiendo a estas horas al servicio del Frente Popular.
Por lo que respecta al paisano Alfonso Vignau, las preguntas del fiscal y de la defensa tienden a determinar las razones por los que se hallaba en el cuartel y la labor que desempeñaba en éste. Parece deducirse que Alfonso Vignau fué conducido al Cristina y al cuartel porque se hallaba prisionero o detenido en el Gobierno civil. Después algunos testigos afirman que en el cuartel comenzó a realizar, para cumplir órdenes recibidas, funciones de limpieza de orden secundario, pero que al segundo día se libró de esa obligación considerando sin duda su defecto físico limitándose desde entonces a estar dentro del cuartel.
De las declaraciones de los testigos la que ofrece mayor interés es la del teniente ayudante del coronel Carrasco, cuya actitud aparece claramente determinada por lo que respecta a su oposición al hecho de la rebelión. Refiriéndose a la reunión de jefes y oficiales declara que se desenvolvió en un ambiente de verdadera excitación y que angulos elementos, entre ellos el capitán de Estado Maqor señor Sánchez Prieto, que se hallaba accidentalmente en San Sebastián en prácticas, fué uno de los que con mayor fuerza apoyaron el criterio del teniente coronel Vallespín.
El presidente del Tribunal hace algunas preguntas al capitán Sánchez Prieto, el cual incurre en varias contradicciones importantes.
El fiscal divide a los procesados en dos grupos: uno de militares y el segundo constituído por el paisano Alfonso Vignau. Por lo que respecta a la intervención de los militares, la considera como constitutiva de un delito de rebelíón militar, puesto que si es cierto que han de obedecer órdenes tuvieron la ocasión y el motivo para ponerse al lado de la legalidad, y en consecuencia realizaron e de la rebelión no contra su voluntad, ni espontáneamente. Por no ser jefes de la rebelión cree el fiscal que están incursos en lo que determina el artículo 237 del Código de justicia militar, en relación con el 238, y comprendidos en el párrafo segundo, por lo que, a su juicio, procede imponerles, la que no concurren circunstancias modificativas ni atenuantes ni agravantes, la pena de cadena perpetua a muerte en su grado mínimo, es decir, la de reclusión perpetua.
En cuanto a Alfonso Vignau considera que es autor de un delito de auxilio a la rebelión puesto que si parece comprobado que no intervino activamente en el hecho subversivo realizó funciones que, por modestas que sean como las de limpieza, etc., auxiliaban a la rebelión y solicita para él la pena de 14 años 8 meses y un día de prisión.
El defensor pronuncia un discurso brillante, diciendo que había que considerar la calidad militar de los procesados, para comprender que se limitaron a cumplir órdenes superiores y por lo que respecta a Vignau, lo único cierto es que fué detenido antes de la sublevación porque había pertenecido a una agrupación de carácter monárquico, y que como detenido fué al Cristina y a los cuarteles.
Solicita para sus defendidos la libre absolución.
Reunido el Tribunal en sesión secreta, dictó sentencia, por la que se condena a la pena de muerte a los cinco procesados militares, jefes y oficiales, y se absuelve a los dos alféreces de carabineros.
Alfonso Vignau es condenado a la pena de reclusión perpetua.
SE CUMPLE LA SENTENCIA
Se realizaron los trámites oportunos y la sentencia se dió a conocer a Madrid por mensaje telegráfico. La superioridad la aprobó y la sentencia fué leída a los procesados, que la escucharon con entereza.
Se dieron las órdenes oportunas para que la sentencia fuese ejecutada. A última hora de la tarde, la justicia republicana se había cumplido, siendo fusilados los cinco militares condenados a muerte.
LA ASOCIACION DE DOCTORES Y LICENCIADOS
LA NUEVA JUNTA VA A DEPURAR LA ENTIDAD
Madrid.- La Asociación de Doctores y Licenciados Catedráticos de Instituto, que hasta ahora se hallaba inspirada en un sentido exclusivamente profesional y pretendiendo estar desligada de toda orientación política, en Junta general celebrada ayer acordó por aclamación declarar que no es posible semejante actitud, tan lejana a lo que las circunstancias imponen de franca adhesión a la nueva organización política que España se está dando.
Por ello ha adoptado como primera decisión el acuerdo de constituir una Junta directiva compuesta exclusivamente por representantes de los partidos del Frente Popular y de las sindicales, que se encargue inmediatamente de hacer la depuración de los asociados y que pueda luego proponer al ministerio correspondiente las sanciones necesarias en el Cuerpo de Catedráticos.
MANIOBRAS FALLIDAS
LA LEALTAD DEL NACIONALISMO
Las radios facciosas intentan debilitar la unión perfecta que existe entre las diversas fracciones políticas y sindicales que integran el Frente Popular. Por lo que respecta a Euzkadi, acuden a una maniobra tan vieja y desacreditada que únicamente cerebros de tan escasa talla pueden confiar en sus resultados.
La emisora de Burgos censuraba ayer a los nacionalistas vascos. Unas fuerzas que se llaman cristianas –decía- no pueden luchar por la misma causa que el resto de los elementos del Frente Popular. El auténtico sentido religioso, según afirman, está al lado de los carlistas, de los fascistas y de los militarotes que han deshonrado por enésima vez, el prestigio del uniforme.
A nuestro juicio, la actitud de las emisoras facciosas respecto del nacionalismo evidencia el temor que infunde a los rebeldes la perfecta unidad de las fuerzas que integran el Frente Popular. “Divide y vencerás”, dice el viejo adagio latino. E intentan dividir el bloque ciudadano de Guipúzcoa y de Euzkadi, para hacer posible una victoria que cada día está para ellos más lejana.
Vano intento. El Partido Nacionalista Vasco y la fracción nacionalista de izquierda han mostrado su lealtad de manera tan clara y palpable que el Frente Popular tiene en ellos una confianza sin límites. Nada hay capaz de romper ni de debilitar la perfecta cohesión que existe en el bloque de la ciudadanía. Unas y otras fuerzas, pese a sus diferencias políticas, están unidas al presente por un anhelo común y por un mismo ideal. Será inútil cuanto se haga por romper la lealtad inquebrantable de los nacionalistas, queridos y meritísimos colaboradores en la magna empresa de reconquista de las libertades ciudadanas. Será inútil cuanto se haga para debilitar la confianza absoluta que en ellos tienen las demás fracciones del Frente Popular. Republicanos, socialistas, comunistas, sindicalistas y nacionalistas han sellado, en sangre mártir y heroica, un pacto sagrado que podrá durar lo que dure, pero que mientras permanezca (y ha de permanecer cuando menos hasta el día de la victoria) es inquebrantable, indeleble, de una absoluta y entrañable lealtad.
También es necio que apelen al sentido religioso de los nacionalistas, porque éstos ya son mayores de edad y no necesitan andadores. Dramática paradoja viviente la de los carlistas y facciosos sublevados, que sin perjuicio de cristianos y hermanos nuestros, merodean, depredan, asesinan y representan, a la hora actual, la imagen rediviva de Atila y sus huestes vandálicas. Ni los nacionalistas ni los demás combatientes de izquierda, han bombardeado ciudades abiertas, hospitales de sangre; ni han asesinado niños y mujeres; ni han ametrallado ambulancias de la Cruz Roja. Por donde se infiere que los carlistas son unos herejes y el auténtico sentido cristiano reside en las Fuerzas del Frente Popular, entre las que figura el nacionalismo.
Maniobras fallidas. Tarea estéril la de manejar necios subterfugios para romper la lealtad caballerosa de los nacionalsitas o la confianza inquebrantalbe que los demás tienen en ellos.
A la hora de hoy son inútiles las jeremiadas y los disimulos. Sobre el suelo Ibérico no existen más que dos corrientes perfectamente definidas. Una de ellas representa la traición, la deslealtad, la cobardía, el crimen, el deshonor, la barbarie: en ella forman, cual caótico montón, falangistas y carlistas, militares facciosos y franco tiradores de la peor laya social, reaccionarios sin conciencia y señoritos sin honor.
La otra corriente representa la dignidad cívica, la lealtad a los compromisos adquiridos, el auténtico sentido de la civilización, el noble anhelo de libertad y de justicia social, el ansia legítima de reivindicar las nobles conquistas de la República. En esa corriente marchan fundidas, adscritas a un mismo ideal próximo y concreto, todas las fuerzas políticas de izquierda. Y junto a ellas, con plenitud de discernimiento en cuanto a sus destinos históricos, el Partido Nacionalista Vasco.
SIGUEN LAS DESERCIONES
Relato interesantísimo de un grupo de soldados que se fuga del campo enemigo
Anoche hablamos breves momentos con un grupo de soldados que han desertado del campo enemigo en los frentes de Oyarzun e Irún. Nos han facilitado detalles importantes acerca de la moral del enemigo y de los escasos medios con que cuenta para sostenerse.
Según nos refieren estos desertores, en el frente de Oyarzun solamente se enviaron unos cientos de soldados con algunos requetés. Cuando se vió que aquellas fuerzas eran insuficientes se enviaron otros cincuenta hombres de refuerzo, lo que da una idea de la escasez ed elementos de que dispone el enemigo.
Estas fuerzas habían salido de Pamplona, se dirigieron a Vera, de allí a Lesaca y por último a Oyarzun. Se les animaba en el camino diciéndoles que pronto tendrían un espléndido botín, pues Irún estaría a su disposición en cosa de muy poco tiempo y allí podrían hartarse de cuanto quisieran porque serían amos de la situación; y de allí a San Sebastián a tomar café.
Esto lo creían fácilmente los requetés en los primeros días de marcha, pero poco a poco se han ido desilusionando y han perdido ya toda la moral.
Nuestra acción en esos frentes les causó tal sensación que ni civiles ni soldados se atreven a estar en los pueblos. Se marchan al monte a primera hora de la mañana y no vuelven hasta la noche. En los pueblos no queda una casa intacta, en la que no hayan cometido desmanes.
Mandan estas fuerzas los tenientes coroneles Beorlegui y Ortíz de Zárate. Este último se encuentra herido de bastante gravedad.
Actualmente se les da para comer todo el día dos sardinas para cada uno y pan y se les incita a uqe completen su ración matando ovejas en las inmediaciones del frente de combate.
Llevan fusiles alemanes. Para alentarles y ganar ambiente en las localidades por las que pasan, se acusa a las tropas leales y a los milicianos de ladrones y violadores de mujeres y asesinos de los curas.
Desesperados todos porque su propósito ha fracasado, las marchas ofrecen un espectáculo dramático. Van primero los soldados, después los requetés y por último los oficiales que les amenzan de muerte pistola en mano para que no retrocedan y les insultan llamándolos constantemente cobardes.
A los prisioneros nuestors, entre ellos dos mujeres, se les coloca de espaldas y se les fusila. Todos ellos mueren gritando ¡Viva la libertad!
La desmoralización en las filas carlistas es cada vez mayor, puesto que se dijo a los soldados y requetés que todo se iba a realizar en ocho días escasos y la lucha se va prolongando y los requetés están completamente desconcertados.
Desde que comenzaron el avance no han podido cambiarse de ropa. Llevan la misma con que salieron de Navarra.
Además de Beorlegui y Ortíz de Zárate, van como jefes de la columna el capitán Julio Olóriz y Antonio del Amo. Va también un alférez que está herido.
Como único pasto espiritual se les facilita para lctura “El Pensamiento Navarro” y el “Diario de Burgos”.